En medio del caos y la confusión, Libia enfrenta las trágicas consecuencias de las devastadoras inundaciones que azotaron la ciudad costera de Derna, a orillas del Mediterráneo.
Las organizaciones humanitarias han emitido advertencias sobre la creciente propagación de enfermedades en el este de Libia tras las catastróficas inundaciones que causaron miles de muertes y desapariciones. La tormenta Daniel desencadenó una tormenta de agua en la región durante el pasado fin de semana, dejando a Derna en un estado de devastación. Con el tiempo, las esperanzas de encontrar sobrevivientes disminuyen y los esfuerzos de rescate se ven obstaculizados por la magnitud de la destrucción.
El ministro de Sanidad del gobierno establecido en el este de Libia, Othman Abdeljalil, ha informado un aumento en el número de víctimas mortales, con un balance actual de 3.252 fallecidos, 86 más de lo reportado hace 24 horas. Además, el ministro subrayó que solo su ministerio está autorizado para proporcionar cifras oficiales y negó la posibilidad de una evacuación de la ciudad.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido un comunicado en el que afirma haber encontrado e identificado los cuerpos de 3.958 personas, con más de 9.000 aún desaparecidas.
La OMS también ha anunciado el envío de 29 toneladas de suministros médicos a la ciudad de Bengasi, ubicada aproximadamente a 300 kilómetros de Derna. Además, aviones de carga procedentes de los Emiratos Árabes Unidos e Irán han llegado a Bengasi con asistencia humanitaria.
En la entrada de Derna, se observa un constante flujo de vehículos que transitan por una vía improvisada, mientras las excavadoras trabajan incansablemente para retirar los escombros. En Al Bayda, situada a 100 kilómetros al oeste de Derna, los residentes luchan por despejar las carreteras y limpiar sus viviendas, que quedaron anegadas de lodo.