Lavatelli le puso voz al malestar del corpacismo

El diputado Daniel Lavatelli sacó la cara por sus colegas de Bloque, y quedará en la historia como el primer aliado que se le planta al Gobierno. Attenti porque no es una jugada en solitario, y lo único que hizo el legislador fue ponerle voz a un descontento que va creciendo en la Cámara baja.

¿Puede haber ruptura? Por ahora no, nadie quiere romper, entre otras cosas porque nadie quiere quedar aislado ni pelearse con los que tienen la chequera, pero el bloque corpacista de los Diputados ya está cansado del papel que le dieron.

Ellos tienen que decir que sí, levantar la mano, aprobar. Y lo que hicieron hasta ahora fue decir que sí, levantar la mano, aprobar.

El tema es que ellos cumplen su parte y a ellos nadie les cumple nada. Si piden un nombramiento no hay. Si piden recursos no hay. Si piden ayuda para contener a los militantes no hay. El trato que les ofrecieron fue algo así como “ustedes dan todo y no pidan nada”. Y bueno, no les gusta.

Hay diputados que se sienten como ovejitas mansas. Dicen que ni Cecilia Guerrero los atiende. Andón Pirulero, cada cual atiende su juego, y ellos quedan siempre ahí.

Eso causa mucha molestia, y también el juego a dos puntas que hacen con algunos rivales de la oposición.

Al final, los diputados del FCS-UCR-Cambiemos-Juntos por el Cambio o como se llame, son más obedientes que Lassie. Bajan al recinto o no bajan al recinto, se enojan o no se enojan, pero da la casualidad de que todo lo que hacen, enojados o contentos, es justo lo que necesita el Gobierno.

La actuación ya levantó sospechas, y el bloque peronista-corpacista ya se huele que no hay diferencias entre ser amigo o enemigo.

¿Quién le pone el cascabel al gato? Lavatelli parece dispuesto, por lo menos le puso cara al reclamo, y sus palabras se hicieron escuchar en Casa de Gobierno.

Un poco de mimo, una atención, un “te quiero”. Eso nada más piden los muchachos de Lucía en la Legislatura.

Lavatelli, como voz cantante, se paró en la esquina de Sarmiento y República para cantar como en Coco: “Recuérdameeee…”.

Hay que seguir esta película, que por ahora es un tibio llamado de atención, pero puede pasar a mayores porque el Gobierno hace lo que hace con la seguridad que le da la mayoría propia en las Cámaras. No vaya a ser que las cosas se compliquen por no atender el teléfono.

Se comenta que apenas retumbaron los dichos de Lavatelli se los invitó a una reunión para acercar posiciones. Quién lo hubiera dicho, si asumieron juntitos… pero así están las cosas.

El amor es una plantita que hay que regar todos los días. Y si no la regás…

El Catucho

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