Las tareas domésticas y la carga mental: Una realidad desigual que persiste

A pesar de los avances logrados por las mujeres en diversos campos a lo largo de los años, ciertas dinámicas persisten en la sociedad, como lo evidencia un estudio reciente realizado por Avon y Gentedemente sobre la distribución de las tareas domésticas en Argentina, Chile, México, Colombia y Perú.

El informe, basado en entrevistas a más de 2400 personas de entre 25 y 55 años, resalta la disparidad de percepciones entre hombres y mujeres en cuanto a la carga operativa y mental de las labores del hogar. Aunque las mujeres dedican el doble de tiempo que los hombres a estas actividades según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT 2021), el estudio de Avon y Gentedemente revela una brecha significativa en la percepción de ambos géneros.

Mientras que los hombres tienden a considerar que las responsabilidades domésticas se reparten equitativamente, las mujeres afirman que recaen principalmente sobre ellas. Esta discrepancia se hace evidente en las llamadas tareas invisibles, como la planificación de las comidas, la gestión de turnos médicos y el seguimiento de actividades escolares, que suelen ser atribuidas mayoritariamente a las mujeres.

La carga operativa se refiere a las labores físicas del hogar, mientras que la carga mental implica la responsabilidad de recordar y planificar dichas tareas. Por ejemplo, ¿quién lleva la agenda de las citas médicas o las actividades extracurriculares de los hijos?

El estudio también distingue entre tareas visibles, como la preparación de alimentos y las compras, y tareas invisibles, que tienden a ser menos reconocidas pero igualmente relevantes en el funcionamiento del hogar.

En Argentina, más del 60% de las mujeres considera que son ellas quienes se encargan de recordar las tareas a realizar, mientras que la mayoría de los hombres piensa que esta responsabilidad está compartida. Además, se observa una clara asignación de tareas, especialmente invisibles, hacia las mujeres, como el seguimiento de chats escolares o la planificación de comidas diarias.

La encuesta concluyó con una reflexión sobre la distribución equitativa de las responsabilidades del hogar. Seis de cada diez participantes reconocieron que el estudio les hizo reflexionar sobre las diferencias de género en las tareas domésticas, y expresaron su disposición a ajustar sus hábitos para lograr un cambio en esta realidad.

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