Además, advierte que en los últimos años se evidenció un aumento significativo de casos de violencia ejercida por miembros de las fuerzas de seguridad y que, en mayor medida, las víctimas son las parejas de los efectivos, quienes se ven en una situación de indefensión. “En el interior provincial, al no contar con delegaciones especiales para denunciar violencia de género, las víctimas deben recurrir a la comisaría donde trabaja su pareja”, graficó el legislador. Y agregó: “Muchas veces es revictimizada al no querer tomarle la denuncia”.Cesarini menciona además que la falta de capacitación y sensibilización de los efectivos policiales, “genera una vulneración de derechos de mujeres trans, quienes muchas veces se ven en la imposibilidad de radicar una denuncia, o acceder al servicio de Justicia”. El diputado destaca que la policía tiene la responsabilidad de portar armas de fuego, por lo que se “requiere de una personalidad equilibrada, no solo para su uso, sino también por la templanza que se necesita en los momentos difíciles que deben atravesar”.
Otro de los factores que Cesarini tiene en cuenta para impulsar esta ley son las situaciones de estrés que muchas veces se viven internamente dentro de las fuerzas de seguridad, “a causa de los casos de corrupción interna que se generan, la sobrecarga horaria, los prejuicios por parte de la sociedad, y otros conflictos, que afectan la salud mental de sus miembros”. “En este contexto entendemos que la prevención y promoción de la salud de los integrantes de la fuerza de seguridad debe ser prioritaria para el Estado, con una adecuada asignación de recursos para brindar contención, acompañamiento debido a la crisis que muchas veces genera el retiro de la fuerza y un detallado control a los aspirantes en la carrera de los agentes, entendiendo a la Salud Mental como un estado de complete bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”, puntualiza en los fundamentos de la iniciativa.