Lady Di: a 25 años del adiós a la princesa del pueblo

El Reino Unido y el mundo recuerdan a Diana Spencer, conocida como Lady Di, exactamente 25 años después del accidente del Túnel de Alma, París, Francia.

El accidente del 31 de agosto de 1997 puso fin en París, ante el asombro de miles de millones de espectadores, a una existencia breve pero turbulenta: la de la “princesa del pueblo”, una estrella fallecida a los 36 años en plena trágica huida de los paparazzi junto a Dodi al-Fayed, su último amor, y el conductor del vehículo, Henri Paul; ambos murieron en el acto. También estaba presente el guardaespaldas, Trevor Rees-Jones, quien sobrevivió pese a las heridas de gravedad.

Lady Di con Dodi Al Fayed en Jonikal, el yate del empresario, un día antes de la muerte de ambos.

Fue carne de tabloide. Cada movimiento suyo ocupó la tapa de todos los diarios. Se discutieron cada uno de sus atuendos, los mínimos gestos públicos fueron interpretados como desavenencias conyugales, hubo debates acerca de la frecuencia de sus encuentros sexuales para asegurar el sucesor en la Corona; debió soportar ser engañada a la luz de multitudes y lidiar con la severidad de la Reina quien sólo quería para ella un destino de bonito adorno. Dramas privados con (alta) exposición pública.

La hora oficial de la muerte de Lady Di fue las 4.05. En minutos, la noticia dio la vuelta al mundo.

Así fueron sus últimas dos décadas de vida. Una pelea sorda por tener una vida cotidiana, por intentar ser feliz sin que multitudes escudriñen en sus sabanas. Pero esa batalla la había perdido desde el primer día.

Tal vez esa fue su condena. Pelear con denuedo, con una energía única una pelea que no tenía posibilidades de ganar. Es probable que su rasgo distintivo haya sido la esperanza, hasta por momentos irracional, de poder imponerse, de conseguir que su vida se retomara un cauce normal, cotidiano.

Tributo a la princesa Diana de gales en las inmediaciones del palacio de Kensington en Londres.

La Reina se opuso durante días a celebrar un funeral oficial. Diana había dejado de ser parte de la familia. Pero la espontánea reacción de la población la obligó a cambiar de parecer. Más de un millón de ramos de flores, ofrendas y muñecos de peluche fueron dejados en la puerta del Palacio de Kensington. El dolor fue masivo.

El Príncipe Carlos junto a William y Henry, sus hijos, asistiendo al multitudinario funeral de Lady Di, el 6 de septiembre de 1997.

Diana había protagonizado el casamiento con más espectadores de la historia. 750 millones de personas vieron por televisión su boda con Carlos en 1981. Dieciséis años después, su funeral también fue el de mayor audiencia. La transmisión se convirtió en el evento no deportivo de mayor rating. Se calcula que fue visto por 2.500 millones de personas.

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