Es difícil discernir si se trata de una provocación o es pura inoperancia. En Valle Viejo, 11 de cada 10 vecinos están re calientes con el estado de destrucción en el que quedaron las calles del municipio por las obras de asfaltado. Pero a la benemérita intendenta no se le ocurre mejor idea que hacer campaña presumiendo esa obra. Es tanta la distancia entre la realidad “real” que viven los chacareros y la que pretenden construir en las redes sociales que cuesta entender si son perversos o viven en una dimensión paralela.
Más allá de la desafortunada figura retórica elegida por el ex intendente, las calles de Valle Viejo realmente parecen las de una ciudad bombardeada. Entre los cráteres de las calles rotas, la destrucción de las calles en obra, el estrago de las obras abandonadas a medias y lo chapucero del asfalto terminado, como dijo Jalile, parece una ciudad desolada por la guerra.
Y lo dicen los vecinos, en el mismísimo posteo en el que la intendenta asegura que están “transformando nuestras calles para brindar a los vecinos y vecinas una ciudad más moderna y segura”. Citamos sólo algunos:
“Por favor la av Enrique ocampo Pozo el Mistol es una de las avenidas más transitadas de Valle viejo. Urgente necesita un arreglo” “Eusebio ruzo y alrededores una miseria! Destruye cualquier vehículo.”
“A la señora intendenta que por favor mandé a tapar desde el cruse hasta el canal toda esa parte que dejó inconcluso dejo como canaletas no se una persona que quiere ir caminando hasta la escuela del bañado y va con el coche no puede tiene que bajar a la calle. Y es peligroso si empiezan algo que lo terminen.”
“Por la Enrique Ocampo rompieron un caño del gaas y abandonaron la obra y ya vienen asfaltando 🤦🏼♂️🤦🏼♂️😂”
“Para eso sirven estos sinvergüenza para las fotos nomas porque las obras son por un tiempito y se rompe todo”
“Todo muy lindo el asfalto pero no dejaron por dónde circular los peatones solo hicieron un tramo de verde desde la entrada a 140 hasta la escuela .el otro tramo q está hacia el cruce es un desastre uno tiene q andar a los saltos y si llevas coche de bebé debes bajar obligada ala calle q es un peligro.siempre hacen todo a medias”
“Si eso le llaman asfalto le doy una semana ya no se podrá transitar x los huecos q se abran es una lanvida de alquitrán”
“Caraduras piensan que es tan en el paraíso,? Destrozaron valle VIEJO y tienen la caradures de salir a buscar votos”.
El estrago vial en Valle Viejo tiene ya un largo historial. La primera etapa de la devastación comenzó con la obra de cloacas. Primero zanjas abiertas por meses para el tendido de la cañería, con las que destrozaron todo lo poco que quedaba de asfalto o calles medianamente transitables. Luego, la pésima compactación, que dejó el terreno totalmente endeble. Por arriba, un asfaltado más finito que una feta de fiambre. Resultado: hundimiento, pozos, vehículos atascados y hasta un camión de la municipalidad semienterrado en el socavón de la propia obra mal hecha.
Y ahora, sobre llovido, mojado. A los cracks de la ingeniería cívil se les ocurrió acelerar su plan de “ciudad moderna” desparramando alquitrán a las apuradas para poner una cinta, convocar un acto, inaugurar y subir las fotos al Face como si estuvieran en un cumpleañito. Con un descaro propio del que se cree su propia fantasía.
Para peor, y esto también es insólito, arrastra al propio Gobernador, candidatos y otros dirigentes a esas puestas en escena berretas, haciéndolo poner la cara en la foto para después distribuir solidariamente los insultos y reclamos de los vecinos. Es realmente difícil de entender que la insistencia pertinaz con la que el oficialismo intenta contener a una funcionaria que se esfuerza todos los días por hacer una gestión cada vez más impresentable.
“Seguimos transformando nuestras calles” dicen desde el Municipio. En el imaginario de la administración Zenteno, Vall Viejo es Dubai. En la realidad cotidiana de los vecinos, es una ciudad arrasada por la incompetencia. Pero hoy, a unos días de las elecciones, importa más aparentar que ser. Despejando las dudas, son incompetentes y lo camuflan con descaro.
El catucho