Dos noticias circularon por todo el país en las últimas horas, para aportar más nafta al incendio informativo que rodea el escándalo de las financieras.
Bien tempranito, se informó que las famosas cuentas de Edgar Bacchiani en Binance tenían un gracioso contenido: 11 dólares.
Más tarde, se informó que una jueza tucumana, en una medida sin precedentes en el país, había ordenado embargar las cuentas de criptomonedas del propio Bacchiani.
Al mismo tiempo, el juez santiagueño Argibay decía que no tiene idea de dónde fue la plata captada por RT Inversiones, y que no le preguntaran por Bacchiani porque él no tenía esa causa.
Algo distinto dijo el juez catamarqueño Contreras, que declaró que en RT Inversiones no había plata. Metió la pata porque no es su causa, osea que no debería saber… capaz que sabe porque es amigo de Bulacio.
Hasta ahí las cosas. Nadie en el planeta tierra y sus alrededores cree que Bacchiani tenga sólo 11 dólares. Algunos sospechan que hay otras cuentas, y por eso salió el pedido de embargo.
También hizo ruido el famoso “bloqueo”, que según se informó desde la Justicia cordobesa, fue sólo por dos días y a pedido del propio “Pelado”. ¿Les tomó el pelo a todos?
Pero hay una pregunta que es la madre de todas las preguntas… ¿la plata dónde está?
Y sí, todo indica que está en Bitcoin o criptomonedas, con lo cual no va a aparecer en ningún banco.
¿Es Bacchiani un maestro capaz de eludir a toda la Justicia Federal y Gendarmería? Más o menos. No hace falta ser tan genio, porque nadie cayó a su oficina de improviso a revisar todo. Le dieron meses de preaviso para prepararse. No lo iban a encontrar desprevenido, porque sabía lo que se le venía y tuvo mucho, pero mucho, pero mucho tiempo para acomodar todo antes de que se hiciera de noche.
Y llegamos al punto clave. ¿Se puede recuperar la plata?
Por más embargos que se dicten, la realidad indica que no. Si tiene Bitcoin, se los llevará a la tumba o los aprovechará cuando quede libre, o los aprovecharán quienes sepan cómo acceder a sus cuentas.
La triste realidad es que la Justicia no podrá hacer casi nada. Podrán presionar a ver si afloja por voluntad propia y nada más. Nunca van a llegar a su real billetera virtual, que es -como todas- anónima.
Lo dice un experto en el tema, Jorge Fabián Villalba, escribano, Director de la Sala Blockchain e Inteligencia Artificial y de su revista Indexada, de la Universidad Católica de Córdoba. Experto en tecnología blockchain aplicada.
Este hombre analizó el tema cuando estudió si la AFIP podría embargar criptmonedas, y su conclusión sirve para este caso de Bacchiani: “El principal problema es que hoy el usuario de criptomonedas P2P tiene el poder y su dinero está resguardado en billeteras sin custodia de organismos centralizados, por lo tanto la información, embargo, congelamiento, ejecución, etcétera, se vuelve un deseo de imposible realización”.
Más claro echale agua…