¿La causa de las financieras está congelada?

Recientes declaraciones del abogado Gustavo Morales sembraron un manto de dudas sobre la causa de las financieras, especialmente sobre las estafas de la firma Adhemar Capital del famoso Edgar Adhemar Bacchiani, quien está privado de su libertad hace más de un año, pero sin que se registren avances sustanciales en la justicia, y sobre todo sin que se tenga ni idea de dónde están los millones de dólares que se esfumaron.

Lo que el letrado señala parte de una verdad evidente: que la causa no avanza, pero el hombre de leyes va más lejos, y apunta que todo está congelado por propia decisión de la Justicia Federal. Para Morales, el juez Miguel Ángel Contreras mira para otro lado, y lo hace por una trama de vínculos e intereses que entrelazan desde funcionarios del propio Poder Judicial hasta familiares y encumbrados políticos.

Según el abogado, para investigar de verdad, Contreras debería empezar por su propio juzgado, ya que allí aparecen los hermanos Baracat: Luis, secretario judicial y Carlos, inversionista de Bacchiani; a quienes se suma otro funcionario también hermano de un damnificado de Bacchiani.

Pero Contreras, sostiene Morales, también se ve maniatado por sus amistades personales, y no hablamos de Bulacio de RT Inversiones, de quien es tan amigo que se inhibió de investigarlo, sino de otro abogado: Ricardo Angelina, hermano del femicida Pablo Angelina, a quien identifica como un trío directamente vinculado con Raúl Jalil, junto con otro abogado, Angel Granizo y el contador Aldo Sarquís.

De ese “equipo” que describe Morales, se desprende la campaña –denuncias incluidas- contra Alfredo Aydar, representante de las víctimas de Bacchiani, y la jugada de forzar una quiebra de la empresa del “Pelado” para hacer desaparecer el tema del lavado de activos.

Según testimonios que obran en la causa, para ayudar a Bacchiani con la quiebra, el propio Jalil habría preguntado “¿Qué jueces tenemos para que se inicie la quiebra?”.

Curiosamente, al mismo tiempo estas novedades son publicadas por el diario El Ancasti y sus escribas, los mismos que crucifican a Aydar. Casualidades de la vida: Angelina es abogado de El Ancasti y asesor legal de Silvio Zitelli, el medio favorito de Jalil y recaudador compulsivo de pauta oficial.

Esta cadena de favores deriva, dice Morales, en la inacción manifiesta de Contreras, por ejemplo, haciendo la vista gorda sin llamar a otros involucrados, como el contador Gustavo Abel Aparicio, primo del imputado José Blas, que tendría como inversionista a Barros Jorrat, y la lista de nombres emparentados en la causa, en distintos lados del mostrador pero con intereses similares y direccionados, no deja de crecer.

Envuelto en semejante trama de intereses y negocios de poderosos, el juez opta por esconderse y “actuar”… ¿contra funcionarios del ejecutivo involucrados? ¿contra funcionarios judiciales involucrados? No, contra un abogado que defiende a los estafados.

Es muy llamativo todo, y parece ser la puerta a un escándalo, porque la olla que se está destapando con el operativo de protección, terminaría por embarrar también al propio hermano del gobernador, Andrés “El Tronco” Jalil, íntimo del propio Bacchiani y protagonista de múltiples negocios con el “Pelado”.

Se sugiere así que al paralizar toda la causa, en definitiva el poder no protege a Bacchiani: se protege a sí mismo.

La visión del catucho 

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