Jubilación anticipada para el Lilito

El discípulo de Elisa Carrió, Rubén Manzi, le puso la frutilla del postre a su brillante carrera política, que empezó como opositor al Frente Cívico, siguió como aliado incondicional del Frente Cívico y se cierra como aliado de Jalil, ya que le hizo un tremendo favor postulándose a gobernador y allanándole el camino a la reelección.

Una vez más, Manzi, que se autopercibe un político exitoso y se sueña gobernador desde tiempos inmemoriales, no pudo ni pasar la interna.

De todas formas guarda trofeos importantes, como que la llevó al Congreso de la Nación a Orieta Vera y llegó al Congreso de la Nación él mismo. Es una auténtica hazaña considerando que jamás tuvo más de 14 ó 15 votos.

Esta vez la tenía difícil, porque tenía que denunciar el monopolio de la salud de los Jalil cuando está integrado al mismo monopolio. Pero hizo lo que pudo.

Manzi, un médico intachable y respetado, cierra así su historia como político de Catamarca. Una actividad que sin duda le cambió la vida. A él. Para Catamarca no dejó absolutamente nada.

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