El colombiano se encuentra sin club y a la espera de una oferta que lo seduzca para la segunda mitad del año.
Boca Juniors aseguró esta semana su boleto a los octavos de final de la Copa Libertadores después de la victoria ante Colo Colo en La Bombonera y, a la espera de un nuevo mercado de pases, Jorge Almirón comienza a planificar cuáles serán los movimientos de jugadores para potenciar el plantel y catapultarse como uno de los favoritos en el certamen continental. Y en las últimas horas estalló una bomba en Colombia que podría dar cuenta de la llegada de un refuerzo estrella en esta ventana de transferencias.
El periodista Javier Hernández Bonnet contó detalles de la supuesta operación que motoriza el regreso de James Rodríguez a la Argentina después de su partida en 2010 desde Banfield a Porto: “La historia es muy simple: se reunieron varios empresarios, uno de ellos tiene vínculos en el fútbol europeo, con intereses en el fútbol español, un hombre que maneja muy buen capital y está radicado en Argentina”. En el programa Blog Deportivo de Blu Radio explicaron de qué constaría esta iniciativa: “La propuesta era comprar los derechos del jugador, un contrato con una suma importante de dinero, que está muy cercana a la que se rumoreó le hizo Botafogo. La tarea era conseguir al jugador y hacerlo jugar en un gigante de Argentina, antes de llevarlo nuevamente al fútbol de España. El grupo de empresarios pone el billete y se lo entrega a Boca Juniors”.
En este sentido, Hernández Bonnet precisó que sería un contrato de “tres años” con James, quien luego de un paso frustrado por Everton de Inglaterra, recaló al Al-Rayyan de Qatar y su último club fue Olympiakos de Grecia. Tras haberse marchado de esa institución, el futbolista de 31 años permanece sin equipo y no fue convocado a la gira de la selección de Colombia ante Irak y Alemania en la presente Fecha FIFA. La elección de un nuevo equipo se torna fundamental para volver a la consideración de Néstor Lorenzo y, por el momento, apunta a ponerse a punto desde lo físico.
“La operación está montada. El gran esfuerzo lo hacen los empresarios, Boca no”, profundizó. En consonancia a esta posibilidad, Hernández Bonnet agregó la reacción que tuvieron estos empresarios después de saber que otro club se bajaba de la pelea: “Al conocerse la reacción del presidente de Beşiktaş, ellos dijeron: ‘Bueno, hay un rival menos por James’”.
El reportero manifestó que esta propuesta aún se la deben acercar al protagonista en cuestión para que dé el visto bueno del ofrecimiento. Hasta el momento, solo han podido hablar con personas pertenecientes a su entorno: “Empezaron a llamar a los tíos de James, porque son lo más cercano, pero no contestan. Conclusión: si James pasa al teléfono, arreglan la operación, porque no quieren hacerlo con ningún intermediario, quieren conversar con él y establecer en qué está comprometido”. “En las próximas horas se sabrá si se aborta la operación o si se encamina para que James pueda jugar en Boca Juniors. Jugaría un año y después se lo llevarían al fútbol español”, concluyó.
Es justamente por eso que desde Boca Juniors desmienten categóricamente que el colombiano vaya a ser parte del equipo en la segunda mitad de 2023, ya que no solo no hay negociaciones al respecto, sino que tampoco aparece en los planes. Para que este fichaje ocurra, este grupo empresario primero debería acordar con el futbolista y, más tarde, acercarlo al Xeneize. Algo que, por el momento, parece demasiado lejano.
Otro de los motivos que desalientan este arribo es que el plantel ya posee los seis cupos habilitados para extranjeros con Óscar Romero (Paraguay), Bruno Valdez (Paraguay), Miguel Merentiel (Uruguay), Luis Advíncula (Perú), Sebastián Villa (Colombia) y Jan Hurtado (Venezuela). Si quiere traer a un jugador de otro país está obligado a desprenderse de uno de ellos.
James Rodríguez, de 31 años, jugó 23 partidos con 5 goles y 6 asistencias en el Olympiakos y no se cumplieron las expectativas dentro del máximo ganador de torneos locales en Grecia con un total de 47 conquistas. Tanto es así que la barra del equipo, denominada Gate 7, apuntó contra él en una publicación de abril pasado: “Un jugador con el que otros clubes griegos solo pueden soñar, frecuentaba los clubes de striptease todos los sábados”.
Con información de Infobae