Si hace una semana se empezó a sospechar que el gobernador Raúl Jalil pone piedras en el camino del intendente Gustavo Saadi, esta semana arrancó con toda la furia y se hace más fuerte la idea de que el mandatario provincial no le está dando ninguna “manito” al jefe capitalino.
Algunos atribuyen este comportamiento al romance de vieja data entre Jalil y Walter Arévalo, como que fue Raúl el que saneó el gremio y el que “inventó” al gremialista que hoy maneja el SOEM desde las sombras (o no tan sombras, ya habla en las movilizaciones y todo). El mismo Arévalo dijo que Raúl le había ofrecido un lugar en su gabinete allá por 2019, y la buena onda parece que sigue, porque hace pocos meses Jalil le obsequió más de ¡siete millones! al gremio, y nada de rumores: salió en el Boletín oficial.
Otros dicen que la cosa viene porque Raúl quiere hacer buenas migas con Javier Milei y cada vez coquetea más con la Casa Rosada, tanto que es el único gobernador peronista (junto con el tucumano Osvaldo Jaldo) que pidió a gritos que le aprueben la Ley Bases al Peluca. Todo eso, claro, mientras Saadi impulsa un Pacto Catamarqueño para resistir las políticas de los libertarios y defender los recursos provinciales.
La tercera mirada va más lejos, y apunta directo a 2027. Para todo el peronismo, será el momento en que Raúl se despida y Gustavo asuma la gobernación. Pero se comenta que Jalil tiene otros planes y quiere seguir él o catapultar a su hermano Fernandito, recientemente “cesanteado” y rápidamente reincorporado al directorio de YMAD por oficios de su Gran Hermano.
Vaya a saber por qué, pero dicen las malas lenguas que nada es casual, y justo antes de una nueva protesta del SOEM en la que Arévalo busca sumar a los becados municipales (que dicho sea de paso son los que dejó Jalil), el gobernador anunció un superaumento para los becados provinciales, como para sumarle mal humor (y gente) a la marcha gremial.
El intendente reaccionó rápido y anunció su propio aumento, con un picante bono de 50.000 pesos incluido. Pero queda claro que Jalil está disparando cañones contra la Capital. ¿Fuego amigo? No, de amigo parece que no tiene nada.
El catucho