Ya está, por si quedaba alguna duda, se despejó. El gobernador Raúl Jalil terminó de incinerar lo poco que le quedaba de kirchnerista a su gobierno y a su proyecto, y confirmó una mudanza sin vuelta atrás.
Jalil rompió definitivamente las cadenas con el kirchnerismo, y se lo confirmó a Cristina… a Cristina Pérez, la periodista de La Nación que lo entrevistó, porque las autoridades de Catamarca son así, cuando deciden decir algo lo hacen allá donde atiende Dios.
“Ya está creciendo el país”, dijo sin dudar Jalil en respaldo a la gestión de Milei, y tan singular era su mirada que la periodista le dijo “gobernador, cualquiera que lo escuche, si no sabe de antemano que usted era peronista no lo hubiera detectado”. Y es que Jalil no dijo nada peronista en toda la entrevista, al contrario, puso tota la dedicación en mostrarse a full con los libertarios.
No fue fácil, no fue explícito, pero casi. A Jalil no sólo hay que escucharlo, hay que interpretarlo, porque no debe haber otra persona en el mundo que declare tan difícil y se vaya tanto por las ramas.
No es un defecto, es una estrategia que a Jalil le funciona. Por ejemplo en esa nota, Cristina le hace una pregunta muy directa y concreta, si él pensaba que el peronismo tenía que ir a internas. Y Jalil le respondió con la baja natalidad y el cambio climático. Después le preguntó si apoyaría un candidato del gobierno nacional para la Corte de Justicia y contestó que “cambió la matriz económica”. Un genio.
Repitió también las mismas cosas que dice desde hace años, desde siempre: “soy optimista”, “es un tiempo de cambio”, el cassette que nunca falla.
Pero atención, porque en el medio dijo otras cosas, y ahí sí fue muy clarito.
“El problema que tiene el país en lo político es la conurbanización de la política. La agenda política tiene que ver mucho con lo que pasa en la Capital. Si la agenda política la va a manejar el conurbano, probablemente las decisiones que tengamos con amigos y colegas como Osvaldo Jaldo… nos tienen que dejar a los gobernadores la posibilidad de negociar”, declaró, y eso no pasó desapercibido porque Jaldo se lleva a sus diputados lejos de Unión por la Patria, y todos interpretaron que él va a hacer lo mismo.
Jalil quedó en el centro de la escena porque se venir una ruptura que puede ser catastrófica para el peronismo en el Congreso.
Ahora, por muchas críticas que le lluevan, esta decisión parece un acierto. El peronismo sigue tildado con Cristina Kirchner y las peleas de Buenos Aires, y Jalil se hartó.
Si lo hace porque “la vió” o por necesidad, no importa, políticamente está tomando el camino correcto al alejarse de una fuerza comandada por una presa que se convirtió en una máquina de perder.
