El conflicto entre el grupo Hamás y el gobierno de Israel ha alcanzado niveles críticos, lo que ha llevado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a emitir una orden de evacuación para más de un millón de civiles que residen en el norte de Gaza.
El conflicto se inició el 7 de octubre con sorpresivos ataques por parte de Hamás y ha continuado con una serie de bombardeos cruzados y una respuesta contundente del Ejército de Israel, lo que lamentablemente ha resultado en un alto número de víctimas civiles.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) emitieron un comunicado en el que instaron a la población palestina en el norte de Gaza a trasladarse hacia el sur “por su propia seguridad y protección”, con la condición de que solo podrán regresar cuando se emita otro anuncio que lo permita.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) condenó esta medida, señalando que existen personas gravemente enfermas cuya única posibilidad de sobrevivir es el soporte vital, como los ventiladores mecánicos. Mover a estas personas se considera una sentencia de muerte y un acto cruel, según expresó la OMS.
El portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, pidió a Israel que anule la orden de reubicación de más de un millón de palestinos, argumentando que tal acción sería imposible de llevar a cabo sin provocar consecuencias devastadoras.
En medio de esta situación, el ministro de Defensa estadounidense, Anthony Blinken, anunció que Israel establecerá “zonas seguras” para el refugio de los civiles. “Uno de los temas que abordamos en nuestros encuentros ayer es la necesidad de establecer algunas zonas seguras donde los civiles puedan reubicarse y estar a salvo de las operaciones de seguridad legítimas de Israel”, explicó. La preocupación por la seguridad de los civiles sigue siendo una prioridad en este conflicto en constante escalada.
