La movilización es en apoyo a los jubilados, que se manifiestan todos los miércoles al Parlamento. Patricia Bullrich reforzó el operativo de seguridad.
Este miércoles 12 de marzo, la tradicional marcha de jubilados en reclamo por la prórroga de la moratoria previsional y la restitución del “100%” de los medicamentos del PAMI se vio marcada por serios incidentes. La movilización, que comenzó a las 17:00 en el Congreso, contó con el respaldo de hinchas de distintos clubes de fútbol, barrabravas y otras organizaciones sociales, lo que elevó la tensión en la zona.
Desde antes del inicio de la marcha, se registraron enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Minutos después de las 16:00, un grupo de asistentes cortó la Avenida Rivadavia en la intersección con Rodríguez Peña, mientras entonaban cánticos contra supuestos infiltrados. La situación escaló rápidamente cuando algunos manifestantes comenzaron a arrojar palos y latas contra los efectivos policiales.
En respuesta, agentes de la Gendarmería, Prefectura y Policía Federal Argentina (PFA) intervinieron con gas pimienta para dispersar a los manifestantes. Pasadas las 17:30, dos camiones hidrantes avanzaron sobre la Avenida Entre Ríos en dirección a Rivadavia para restablecer el tránsito vehicular. A pesar del despliegue del protocolo antipiquetes, los enfrentamientos continuaron, resultando en al menos dos personas detenidas. Según fuentes de la PFA, uno de los aprehendidos portaba una mochila con piedras y las lanzaba contra los uniformados.
El respaldo de hinchadas de fútbol a la protesta cobró notoriedad en la jornada. Entre los grupos presentes se encontraban seguidores de Tigre, Deportivo Merlo, Ferro, además de fanáticos de clubes como River, Boca, Independiente, Racing, San Lorenzo, Vélez, Huracán, Lanús, Banfield, Gimnasia y Esgrima La Plata, entre otros. La presencia de estos sectores surgió a raíz de la participación de la hinchada de Chacarita en la movilización del miércoles anterior, en la que también se registraron incidentes.
La protesta logró instalar nuevamente en la agenda pública la problemática de los jubilados, quienes exigen soluciones concretas ante la crisis previsional. Sin embargo, la jornada terminó empañada por la violencia y la represión en las inmediaciones del Congreso.