La familia de Nahuel Agustín Gallo, el gendarme argentino detenido el pasado 8 de diciembre en Venezuela, enfrenta días de angustia y desesperación. Acusado por el régimen de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello de supuestos “planes terroristas”, su situación sigue siendo un misterio. A pesar de los reclamos de la Justicia argentina y las gestiones diplomáticas, no hay novedades sobre su estado ni su paradero.
María Alexandra Gómez, esposa de Gallo, y Kevin Gallo, su hermano, confirmaron que no han recibido información sobre el caso. En breves comunicaciones, ambos expresaron su frustración. “Nada. Aún nada”, respondió Gómez al ser consultada. Por su parte, Kevin señaló: “La incertidumbre es terrible. Esperábamos al menos alguna certeza antes de Navidad, pero no sucedió”.
La familia tampoco ha obtenido resultados de la intervención del ex embajador Oscar Laborde, quien habría entregado una carta de la madre de Gallo, Griselda, al régimen venezolano. “Recibimos promesas de ayuda, pero hasta ahora no se concretó nada”, lamentó Kevin.
El gendarme fue detenido cuando ingresaba a Venezuela desde Colombia por el puente internacional de Táchira, con la intención de visitar a su esposa y su hijo de dos años, que se encontraban en casa de la suegra de Gallo. Según Gómez, “él tenía todos sus papeles en regla; no había motivos para detenerlo”. Desde entonces, la familia no ha recibido información sobre las razones de su detención ni las condiciones en las que se encuentra.
En las últimas horas, el Foro Penal, organización dedicada al seguimiento de presos políticos en Venezuela, incluyó a Gallo en su registro, señalando que forma parte de los 19 extranjeros detenidos por motivos políticos en ese país.
Mientras tanto, las gestiones del gobierno argentino y los exhortos judiciales no han logrado avances. El caso sigue envuelto en incertidumbre, dejando a la familia sumida en la preocupación y la espera de respuestas concretas.