Importaciones en alza: Argentina ya compra carne, tomates y zanahorias a Brasil

La paradoja argentina se hace evidente: en el país del asado y la producción agroindustrial, las góndolas comienzan a llenarse de productos importados, incluso carne. Según los últimos datos del INDEC, el superávit comercial cayó en abril a apenas 204 millones de dólares, una baja drástica de más de 1.600 millones respecto al mismo mes del año anterior. El modelo económico, con fuerte apreciación cambiaria, incentiva importaciones y desalienta exportaciones, incluso en los sectores más competitivos.

Un informe del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial de Argentina reveló que la importación de carne vacuna alcanzó en 2025 las 1.200 toneladas mensuales, mientras que el ingreso de carne porcina trepó a 5.700 toneladas. Al mismo tiempo, las exportaciones de carne bovina cayeron un 30% por pérdida de competitividad.

Pero no solo la carne marca esta tendencia. Según el consultor agropecuario Javier Preciado Patiño, las importaciones de alimentos crecieron un 152% entre junio de 2024 y abril de 2025. Brasil lidera el listado como proveedor principal: aumentó un 2.182% el envío de zanahorias, un 870% el de tomates y también crecen los envíos de limones y naranjas.

El fenómeno se explica por múltiples factores: la desregulación del código alimentario impulsada por el Gobierno, la baja de aranceles y el tipo de cambio que abarata los productos importados. Mientras tanto, las exportaciones avanzan lentamente: subieron apenas 2,3% en abril frente a un salto del 37,3% en las importaciones.

La balanza comercial agropecuaria también muestra síntomas de deterioro. Las ventas externas de productos primarios crecieron 10,8%, pero las manufacturas de origen agropecuario retrocedieron 0,4%. Preciado Patiño advierte sobre una “doble Nelson” que amenaza al sector: por un lado, una avalancha de importaciones y, por el otro, una caída persistente del valor agregado exportable, afectado además por retenciones distorsivas.