La pandemia consiguió expandir los pagos digitales, los canales virtuales de atención bancaria y la apertura de cuentas. Ya sea por la aparición de nuevos servicios remotos, adaptados al “quedate en casa”, o por la necesidad de realizar operaciones que no se pueden postergar, las medidas de aislamiento “potenciaron el uso de los medios de pago y los canales electrónicos”, según explicó el Informe de Inclusión Financiera del Banco Central correspondiente al primer semestre del año.
La explosión de la banca digital se puede resumir en algunos números concretos. En la primera mitad de 2020 se abrió una cifra récord de 4,8 millones de cuentas de depósito, bajo el impulso del pago de ayudas sociales vinculadas a la cuarentena, cómo el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).
El informe del BCRA destaca que la existencia de cajas de ahorro no necesariamente implica que tengan un uso elevado. De hecho, uno de los fenómenos críticos de la Argentina es el de la sub-bancarización, el de aquellos que tienen un producto bancario pero lo utilizan solamente para retirar el dinero una vez al mes y gastar en efectivo. Incluso hay desconocimiento de muchas personas acerca de que son titulares de una cuenta.
“Una manera de inferir la intensidad de uso de las cuentas de depósitos proviene de la cantidad de débitos efectuados sobre las mismas y su monto promedio. En los últimos 10 años, la cantidad de débitos por cuenta de depósito creció sólo un 5%, pasando de 3,31 en 2010 a 3,48 en los primeros 6 meses del 2020,” explicó el BCRA.
“La cantidad de débitos por cuenta de depósito se incrementó un 5% entre marzo y junio del presente año, explicado en su mayor parte por las transacciones en los bancos privados que crecieron un 10% mientras que los bancos públicos no evidenciaron cambios significativos. Para los bancos privados, la cantidad de débitos registrada en junio representa el valor más alto de los últimos 10 años”, agregó.
En un boom de apertura de cuentas, la cantidad de débitos en términos absolutos aumentó 14%, “en un contexto de mayor uso de los canales y medios de pago electrónicos, lo cual se refleja en un crecimiento significativo de las transferencias por home-banking y mobile-banking y un leve aumento de los pagos con tarjeta de débito, dado que se redujo el número de extracciones de efectivo.
Otro dato significativo volcado en el informe es que la cantidad de transferencias electrónicas creció un 93% entre marzo y agosto, lo que incluyó un crecimiento enorme de las realizadas a través de apps de celulares que llegó al 153%. Tras un comportamiento mixto en abril, los medios de pago electrónicos registraron un crecimiento en cantidades y montos reales (7% y 35%, acumulado desde marzo hasta junio) y, como resultado, una mayor participación de las operaciones que se efectúan exclusivamente a distancia, como las transferencias electrónicas. “El récord histórico de apertura de 4,8 millones de cuentas de depósito durante el segundo trimestre del año también incidió de forma positiva en el crecimiento de las transacciones de pago electrónico por adulto”, apuntó el BCRA.
“Las transferencias electrónicas fueron las operaciones que aportaron el mayor dinamismo al desempeño de los medios de pago electrónico, siendo el instrumento que más creció en abril, bajo un entorno de aislamiento estricto” gracias a sus características intrínsecas como medio de pago remoto, tanto para la compra de bienes y servicios, como para el envío de dinero por motivos de ayuda familiar, o el pago de servicios y honorarios, entre otros. En ese mes, las transferencias electrónicas registraron el mayor aumento mensual de los últimos 4 años, tanto en montos reales (29%) como en cantidades (42%) y, desde marzo a agosto, acumularon un incremento del 61% y 93%, respectivamente.
El uso de tarjetas de débito tuvo una caída en abril ante la reducción al mínimo de las compras presenciales por la parálisis de mucha actividades comerciales causadas por el aislamiento. Con posterioridad, “el monto promedio de cada operación por adulto fue el más elevado de los últimos meses, sugiriendo un cambio de comportamiento en los hábitos de compra”. En mayo, ya habían alcanzado un nivel superior al previo a la pandemia.
Para ello apareció otro factor clave: las compras online. El cumplimiento de las normas sanitaria llevó a muchos a empezar a comprar a distancia y, con ello, a pagar con débito en forma virtual. Este crecimiento “obedeció principalmente a la mayor cantidad y volumen canalizado por las operaciones de comercio electrónico con tarjeta de débito, cuyas cantidades y montos por adulto prácticamente se triplicaron y duplicaron de marzo a agosto, respectivamente”.