En medio de la creciente tensión en Oriente Medio, el grupo chiita libanés Hezbollah lanzó un total de 62 cohetes contra la base militar de control aéreo de Meron, en Israel, como respuesta al asesinato del número dos de Hamas, el jeque Saleh al-Arouri, en Beirut. El grupo atribuye este ataque a Israel.
El Ejército israelí confirmó el ataque y aseguró la interceptación de la mayoría de los cohetes, sin reportar víctimas. Sin embargo, el lanzamiento masivo provocó alertas en alrededor de 90 comunidades en el norte de Israel, generando un clima de tensión en la región.
Este episodio de violencia intensifica la situación en una región ya afectada por el conflicto en Gaza, donde el enfrentamiento entre Hamas e Israel ha dejado un saldo devastador. Desde el inicio de la guerra en la Franja de Gaza en octubre pasado, miles de personas han perdido la vida, con cifras alarmantes de víctimas civiles, incluyendo niños y mujeres.
En paralelo a estos eventos, el líder de la Unión Europea, Josep Borrell, inició su visita a Líbano en un momento crítico. Expresó su respaldo al pueblo libanés y a sus autoridades, subrayando la urgente necesidad de evitar una escalada regional. Borrell instó a intensificar los esfuerzos diplomáticos para lograr una paz duradera en la región, abarcando a Israel y Palestina.
El lanzamiento de cohetes por parte de Hezbollah contra la base militar israelí marca un preocupante aumento de la violencia en Oriente Medio, comprometiendo los esfuerzos por mantener la estabilidad en una región marcada por conflictos prolongados y tensiones constantes.
