Un día muy doloroso vivieron hoy trabajadores catamarqueños, expulsados por la policía cuando intentaban defender la última ilusión de recuperar su fuente de trabajo.
Pasó en las instalaciones de la ex fábrica de Texilcom y Momsport, donde se llevaron todo para cubrir un millonario embargo judicial. La pobre gente, en la calle. Las promesas del gobierno, una mentira más. El dinero del Estado que se gastó en “apoyar” esas empresas, se los llevó algún pícaro.
El capítulo final de un drama que ya se veía venir, cuando el Ministerio de Industria, Comercio y Empleo informó oficialmente que decidió rescindir el convenio con la empresa Shangai, operadora de la planta Mom Sport, fundamentando la medida en los graves y reiterados incumplimientos de las obligaciones asumidas por parte de la empresa al acuerdo firmado en el marco del Plan de Reactivación Productiva, implementado por el Decreto I.C. y E. N°970/2024.
Un desastre que revela la inoperancia del propio Gobierno, que fue el que aportó millones para el negociado de Textilcom, que se hundió en un pantano de deudas, y no contento con eso desembolsó otra millonada para rescatar a Textilcom con el nuevo experimento de MOM, que terminó igual, en el fondo del río.
Todos desmanejos que pagan los trabajadores, abandonados, manoseados, humillados y echados a la calle sin saber de qué van a vivir, mientras en otras oficinas se regalan decenas de nombramientos índice para que los ñoquis amigos puedan vacacionar en el exterior.
Son los mismos que hablan del record de empleo privado. Son los mismos que hablan de justicia social. Que Dios y la Patria se lo demanden alguna vez.
(Foto gentileza El Esquiú)