El Gobierno Nacional oficializó un cambio profundo en el esquema de subsidios energéticos que comenzará a regir el 1º de enero de 2026. La segmentación actual por niveles socioeconómicos (N1, N2 y N3) será reemplazada por un régimen binario que distinguirá únicamente entre “hogares con subsidio” y “hogares sin subsidio”, lo que marca un giro significativo en la política tarifaria.
Con la nueva normativa, ya no alcanzará con declarar ingresos para acceder al beneficio. Las familias que pretendan conservar la bonificación estatal deberán acreditar que su ingreso conjunto no supera el equivalente a tres Canastas Básicas Totales (CBT) y presentar información patrimonial y socioeconómica respaldatoria.
El esquema también introduce una fuerte reducción en los bloques de consumo subsidiado. En el caso de la electricidad, los hogares que mantengan el subsidio recibirán una bonificación del 50 % solo hasta un límite mensual acotado: 300 kWh durante los meses de verano e invierno y 150 kWh en otoño y primavera. En cuanto al gas, el subsidio continuará vigente exclusivamente entre abril y septiembre —los meses de mayor demanda— y se eliminará completamente en el resto del año.
De acuerdo con las proyecciones oficiales, unos 7,5 millones de hogares quedarán excluidos del régimen, lo que representa alrededor del 45 % de las familias del país. Estos usuarios deberán afrontar el costo pleno tanto de la electricidad como del gas.
El recorte se enmarca dentro de una estrategia más amplia de reducción del gasto público: el Ejecutivo se propone bajar el nivel de subsidios al sector energético del 0,65 % del PBI en 2025 al 0,5 % en 2026.
El impacto sobre las facturas será variable y dependerá del consumo de cada hogar, de la conservación o no de la bonificación y del período del año. Los incrementos serán especialmente sensibles para quienes superen los bloques subsidiados o queden fuera del sistema.
