A lo largo de la historia hubo acciones de marketing y publicidad que consiguieron gran éxito por sus propuestas disruptivas, ingeniosas y no convencionales. Como la de esa marca de bebida energética que quería instalar su producto en las discotecas y bares londinenses. Entonces, para dar la impresión de que era muy consumida, llenaba durante las noches los tachos de basura de los alrededores de esos locales con latas vacías, hasta lograr que se pusiera de moda y la gente realmente la comprara. Pero claro, todas esas acciones necesitaron para destacarse, además de la creatividad, una cuota de suerte.
Fue justo eso lo que le faltó a la campaña de promoción de la Secretaría de Turismo de la Provincia. Que por muy poco no entró a los libros de marketing y publicidad como la campaña de promoción más osadas y transgresoras de todos los tiempos. Que con un poquito más de fortuna se había convertido en el máximo caso de éxito de la historia.
Resulta que hace un año aproximadamente (no hay documentación pública accesible que aclare la fecha exacta) Turismo de Catamarca decidió iniciar una osada y visionaria acción de marketing para promocionar las bondades turísticas de la provincia: poner publicidad en el capot del auto de competición de un ignoto piloto de Top Race que luego tomaría trascendencia pública a raíz de un espectacular accidente con un mediático músico de cumbia y automovilista, polémico por sus opiniones políticas.
El elegido para la campaña magistral fue Axel Tomada, un piloto bonaerense de medio pelo, que compite en el campeonato de Top Race Junior (categoría intrascendente del automovilismo nacional) con el equipo SJ Racing y que, según la información publicada en las páginas de la especialidad, no tiene ni títulos ni carreras ganadas.
Para un novato, esa campaña podría parecer un despilfarro de dinero en una publicidad condenada al fracaso. Pero para los genios de la publicidad que la planificaron, esa contratación que data de principios de 2020 era el primer paso de una serie de momentos que culminarían con la promoción viral de Turismo de Catamarca.
Es que con una visión del futuro que hasta una clarividente envidiaría, los publicistas de Turismo supieron con un año de anticipación que ese auto de Axel Tomada en el Top Race Junior, de andar intrascendente y sin protagonismo, iba a quedar en el centro de la atención por protagonizar un toque con el auto de David “El Dipy” Martínez, cantante que recientemente ganó exposición mediática por sus constantes declaraciones contra el Gobierno nacional, que provocó un espectacular accidente en el autódromo de Paraná.
Si durante un año nadie vió la publicidad de Turismo de Catamarca en el auto 22 del Top Race Junior, fue porque la acción de publicidad apuntaba a la incalculable exposición que iba a tener ese vehículo luego el tremendo accidente que lo puso el centro de fotos y videos que se viralizaron y reprodujeron miles de veces en los medios de comunicación y redes sociales.
Fue la poca fortuna o esas variables imposibles de manejar las que hicieron que el auto de Tomada, luego de ser tocado por el de “El Dipy”, de chocar con otros competidores que salieron despedidos, hacer trompos y volcar, terminara ruedas para arriba y con la publicidad de Turismo de Catamarca aplastada contra el asfalto de la pista. Que si la física y la suerte ayudaban un poquito, hoy ese ploteo publicitario habría recibido cientos de miles de vistas. Quizás si chocaban más fuerte, o más despacio, o si el viento soplaba en otra dirección, o si la grúa lo daba vuelta cuando las cámara de televisión todavía lo estaban enfocando, estaríamos hablando de la campaña de marketing más disruptiva y exitosa de la historia.
Quienes sí tuvieron éxito fueron los publicistas que planificaron la campaña de marketing de Jalil Automotores. No hay información sobre si la concesionaria catamarqueña y Turismo de Catamarca comparten agencia de publicidad, o si la coincidencia en la estrategia fue pura casualidad. Pero lo cierto es que la empresa de la familia del Gobernador, que coincidentemente también contrató publicidad en ese auto desconocido, sí logró ese éxito brutal. El ploteo con la leyenda “Jalil Automotores Concesionario Renault Catamarca” ubicado en las puertas del vehículo logró una visibilidad impagable. Excepto por el pequeño detalle de que había que dar vuelta la pantalla del dispositivo donde se estuviera viendo la foto o el video, la empresa catamarqueña logró una brutal promoción.
Algún publicista conservador y pacato diría que habría sido más efectiva una campaña similar pero colocando la publicidad de “Turismo de Catamarca” en algún vehículo con un poco más de trascendencia. O con algún piloto que tenga alguna vinculación con la provincia. Como, quizás, el auto de competencia de Augusto D’Agostini que, además de ser catamarqueño, es protagonista en la categoría CARX del Rally Crosss, en la que se consagró Campeón Argentino y Sudamericano. O en el vehículo de Antonio Prevedello, que hace años ocupa un lugar protagónico en el Campeonato Argentino de Rally, donde en 2019 se consagró campeón en la clase RC2N y consiguió excelentes resultados en la Copa Senior. O, por qué no, en el auto de Walter D’Agostini, también catamarqueños como los dos anteriores y que siempre muestra excelentes performances. Pero ese estilo, previsible y poco creativo, no es el de los publicistas de la Secretaría de Turismo de la Provincia.
Lógicamente, la concesionaria de la familia del mandatario no va a publicitarse en ninguno de los autos antes mencionados. Por la razón básica de que Jalil Automotores es concesionaria Renault y los D’Agostini corren con Volkswagen mientras que el experimentado Prevedello lo hace con Mitsubishi. En cambio, para Turismo de la Provincia tal vez podría parecer una buena opción apuntar a vehículos de pilotos catamarqueños que constantemente hacen podio y captan la atención que logran los protagonistas. Pero no, eso sería demasiado fácil y conservador.
Claro, con el diario del lunes es fácil criticarlos y decir que esa acción de promoción estaba condenada al fracaso y que los publicistas que idearon esta campaña son unos incompetentes. Pero estuvieron a milímetros de coronar una promoción histórica. Quien dice que la próxima, con un poco más de suerte, luego de volcar el auto quede sobre sus ruedas. O quizás sea momento de repensar todo, y considerar la posibilidad de plotear el cárter. Nada es demasiado para los genios del marketing.