La primera jornada del cónclave en el Vaticano cerró sin fumata blanca. Desde el techo de la Capilla Sixtina, el humo negro dejó en claro al mundo que todavía no hay acuerdo entre los cardenales para elegir al nuevo Papa. La señal, emitida este miércoles a las 21 hora local (16 de Argentina), marcó el final de una votación sin consenso.
Según el protocolo del cónclave, se necesitan dos tercios de los votos para proclamar al nuevo Sumo Pontífice. Esta vez, con 133 cardenales electores presentes, el número mágico es 89 votos. Pero el primer intento no alcanzó esa cifra.
Este jueves continuará el proceso con hasta cuatro nuevas votaciones: dos por la mañana y dos por la tarde. El esquema se repetirá día a día hasta que el Espíritu Santo y el consenso cardinalicio coincidan en un nombre.
Este cónclave pasará a la historia como el más internacional hasta ahora: participan representantes de 70 países, reflejo de una Iglesia cada vez más global y con fuerte presencia de las “periferias”, una herencia clara del pontificado de Francisco.
Cuando finalmente haya un elegido, será anunciado con la esperada fumata blanca. Luego, desde el balcón de la Basílica de San Pedro, se escuchará el tradicional “Habemus Papam” y conoceremos el nombre del Papa número 267 de la historia de la Iglesia Católica.