El presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel volvieron a compartir un acto público luego de tres meses sin apariciones conjuntas. El escenario fue la apertura de sesiones legislativas, donde la frialdad entre ambos quedó en evidencia. El breve cruce de palabras y la ausencia de gestos cordiales marcaron el tono de un reencuentro que contrastó con la cercanía que solían mostrar en el pasado.
El primer contacto ocurrió en la escalinata del Congreso Nacional, donde Villarruel se dirigió a Milei con un comentario de apenas unos segundos, al que el mandatario respondió de manera escueta y sin contacto visual. Más tarde, compartieron la firma del libro de actas y se dirigieron al recinto sin intercambiar diálogos visibles ante la transmisión oficial.
El contraste con la apertura de sesiones del año anterior fue notorio. En aquella oportunidad, Milei y Villarruel se saludaron con un abrazo y gestos de camaradería. Sin embargo, la relación comenzó a deteriorarse en marzo de 2024, cuando la vicepresidenta convocó una sesión en el Senado que permitió a la oposición rechazar un Decreto de Necesidad y Urgencia clave para la gestión del Presidente.
Fuentes cercanas a la Casa Rosada sostienen que el distanciamiento se originó en el reparto de poder dentro del gobierno. En el inicio de la gestión, Milei le habría sugerido a Villarruel que supervisaría las áreas de seguridad y defensa, pero esas carteras terminaron en manos de aliados del PRO, lo que generó malestar en la vicepresidenta. La tensión se incrementó cuando el Presidente redujo su salario, una medida que fue interpretada como un gesto de desautorización.
Desde el entorno de Villarruel, además, perciben ataques coordinados en redes sociales, coincidiendo con cambios en el equipo digital del oficialismo, lo que profundizó la desconfianza entre ambos.
El punto de quiebre definitivo llegó cuando Milei hizo explícita la ruptura en una entrevista televisiva. “Ella no tiene ningún tipo de injerencia en la toma de decisiones. Está más cerca de la casta”, afirmó el Presidente, marcando un antes y un después en la relación. Desde entonces, Villarruel adoptó un perfil bajo, limitándose a su rol institucional en el Senado, sin exhibir cercanía con el mandatario.