Fiscal catamarqueño se siente víctima de una venganza

Una lujosa camioneta Ford Ranger protagonizó un accidente en la ruta provincial N° 4, a la altura del km N° 33, en El Rodeo (Ambato). Aunque no hubo heridos graves, la espectacularidad del incidente llamó la atención, y mucho más cuando se supo quién era el protagonista del hecho policial.

Se trataba de Facundo Marcelo Vehils Ruiz, nada menos que el hijo del fiscal federal Rafael Vehils Ruiz, quien ya había ocupado los titulares de los medios por un confuso viaje en plena cuarentena.

En los grupos de prensa comenzaron a circular más y más versiones. Se dijo que iba alcoholizado, que estaba huyendo de la policía, que quería eludir un control, etc, etc.

Mientras el joven era atendido en el minihospital, lo que realmente sorprendieron fueron las declaraciones del fiscal, que públicamente sugirió que se está ejecutando una venganza por su investigación sobre los vínculos oficiales con narcos.

“Se trató de un simple accidente, no hubo ningún lesionado, un accidente como cualquiera (…) a uno le pasan estas cosas porque tuve intervenciones en este tipo de causas, por haberme metido con el narcoestado”, declaró Rafael Vehils Ruiz en referencia a la repercusión del accidente y las teorías que se difundieron.

Pasaron las horas y nadie salió a tranquilizar al fiscal. Nadie le dijo que nada que ver, que no es perseguido por su investigación. Y dicen en el mundo del derecho que el que calla otorga.

La pregunta es ¿quién se está vengando del fiscal? ¿Por qué Vhils Ruiz no denuncia lo que pasa? ¿Los vínculos de narcos con el Estado afectan a personas poderosas?

Muchas preguntas quedan flotando, y preocupa porque hablamos de un fiscal. Si él se siente desprotegido, qué queda para el resto de los mortales.

También es cierto que el hijo del fiscal suele meterse en problemas. El mes pasado fue arrestado  en la zona del dique El Jumeal tomando alcohol y violando las normas sanitarias vigentes.

Y en mayo fue investigado por presunta violación del ASPO, ya que viajó a Tucumán para buscar a su novia y los padres de ésta, que regresaban del exterior. Esa vez se acusó al grupo familiar de haber falseado su declaración para no hacer la cuarentena obligatoria.

Un año movidito para el fiscal, que entre la causa del Narcoestado y su hijo no tiene descanso.

El Catucho. 

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