Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, ignoró todas las medidas de precaución emitidas por su gobierno y apiñó a miles de personas, sin barbijos, mientras su país registra casi 120.000 muertos y más de 2,2 millones de contagios.
En este sentido polarizador, el mandatario -que buscará la reelección en las urnas frente al probable candidato opositor, el ex vicepresidente Joe Biden- vinculó al Partido Demócrata con el extremismo. “Los demócratas quieren llenar los tribunales de extremistas”, denunció, justo al terminar una semana en la que sufrió varios reveses de la Corte Suprema, un tribunal en el que él consiguió por primera vez en décadas una mayoría conservadora.
Además, Trump criticó las manifestaciones que tomaron durante semanas las calles de ciudades en todo el país y, principalmente, a los alcaldes y gobernadores demócratas que permitieron esto en vez de militarizar con la Guardia Civil y reprimir: “Quieren demoler nuestra herencia (…) Deberíamos tener legislación para que si alguien quiere quemar la bandera y pisotearla vaya a la cárcel por un año”, propuso el mandatario, citado por la canel de noticias CNN.
Trump eligió Tulsa, Oklahoma, para su primer acto electoral post pandemia, una elección que desató una ola de críticas entre la oposición y la minoría negra, ya que esta ciudad fue el escenario de una de las peores masacres de afroestadounidenses a manos de blancos extremistas en la historia moderna del país.
“Somos el partido de Abraham Lincoln y el partido de la ley y el orden”, destacó para defenderse de las críticas, debido a que Lincoln fue el mandatario que impulsó la abolición de la esclavitud en plena guerra civil.
El presidente estadounidense tampoco esquivó a la otra gran crítica que ha recibido en los últimos meses: su mala gestión de la pandemia, que tiene a Estados Unidos como su principal brote en el mundo con cifras muy superiores a las de cualquier otro país. Lejos de citar las cifras de muertos y contagiados o de mostrar cómo evoluciona la curva de la pandemia en el país, Trump se autofelicitó por las medidas tomadas hasta ahora y sostuvo que el aumento de casos se debe solamente al aumento de pruebas realizadas.
De esta forma, contó, le pidió a su equipo que reduzca los tests que se hacen para detectar infectados.
Como era de esperarse, esta declaración generó un rechazo inmediato en las redes y medios de comunicación y provocó una respuesta rápida de su rival electoral, Biden, quien está cumpliendo a rajatabla las recomiendaciones de distanciamiento social y ya había cuestionado el acto republicano por la posibilidad de generar un brote en un estado que está atravesando una curva ascendente. “Aceleren el testeo”, pidió Biden en Twitter.