El Pentágono anunció el envío del USS Gerald R. Ford para reforzar las operaciones antinarcóticos en la región. Caracas respondió con maniobras militares y denuncias de “provocación” por parte de Washington.
El Pentágono confirmó este viernes el despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo, en el mar Caribe, como parte de una misión para reforzar las operaciones contra el narcotráfico en América Latina. La medida llega en un contexto de tensiones crecientes entre Estados Unidos y el gobierno de Nicolás Maduro.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, informó que la decisión responde a una directiva presidencial y tiene como objetivo “desmantelar las Organizaciones Criminales Transnacionales y contrarrestar el narcoterrorismo en defensa del hemisferio occidental”.
De acuerdo con Parnell, la presencia del portaaviones y su grupo de ataque —integrado por buques de asalto, aviones F-35B, aeronaves de patrulla P-8 y drones MQ-9— permitirá reforzar las capacidades del Comando Sur (USSOUTHCOM) para detectar e interrumpir actividades ilícitas vinculadas al tráfico de drogas. Las unidades operan desde bases en Puerto Rico y otras posiciones estratégicas del Caribe.
En las últimas semanas, fuerzas estadounidenses destruyeron una decena de embarcaciones sospechadas de transportar drogas en el Caribe y el Pacífico, dejando varios muertos cerca de las costas de Venezuela y Colombia.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, confirmó que una de las operaciones más recientes tuvo como blanco una lancha vinculada al grupo criminal venezolano Tren de Aragua, en la que murieron seis personas. “Si eres un narcoterrorista que trafica drogas en nuestro hemisferio, te trataremos igual que a Al Qaeda”, escribió Hegseth en la red X.
Respuesta venezolana y escalada militar
El presidente Nicolás Maduro reaccionó ordenando el despliegue de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y cuerpos policiales en toda la franja costera del país. Los ejercicios militares, que se extenderán por 72 horas, fueron presentados por el ministro de Defensa Vladimir Padrino López, quien advirtió que Venezuela busca alcanzar un “punto óptimo de preparación frente al despliegue naval estadounidense”.
“Ellos pueden desplegar cuantas unidades quieran, incluso con operaciones encubiertas, pero cualquier intento fracasará”, declaró Padrino en un acto televisado.
Las tensiones aumentaron luego de que el presidente estadounidense Donald Trump anunciara su intención de ampliar la campaña militar antidrogas con operaciones terrestres, sin precisar su alcance geográfico. “La tierra será lo siguiente”, afirmó durante una conferencia junto al secretario Hegseth.
El mandatario reiteró su postura de mano dura: “Vamos a matar a las personas que traen drogas a nuestro país”, señaló.
El despliegue del Gerald Ford se produce tras una serie de maniobras de disuasión del Comando Sur, que incluyeron el sobrevuelo de bombarderos B-1B y B-52 cerca de la costa venezolana.
Desde Brasil, el asesor presidencial Celso Amorim expresó el rechazo del gobierno de Lula da Silva a cualquier intervención militar en Venezuela, advirtiendo que una acción de ese tipo “podría agravar la inestabilidad y la radicalización política en la región”.





