Estados Unidos aprobó un nuevo tratamiento preventivo contra el VIH que podría cambiar radicalmente la lucha contra el sida. Se trata de Yeztugo, un medicamento inyectable desarrollado por el laboratorio farmacéutico Gilead, que se administra solo dos veces al año y está destinado a adultos y adolescentes que pesen al menos 35 kilogramos, según informó la empresa.
Daniel O’Day, presidente y director ejecutivo de Gilead, calificó la aprobación como “un día histórico”. El fármaco, basado en la molécula lenacapavir, representa un avance significativo en la prevención del VIH. Desde 2022, Gilead comercializa otro tratamiento antirretroviral, Sunlenca, también desarrollado con la misma molécula, que ha mostrado resultados muy prometedores.
Los ensayos clínicos realizados para Yeztugo incluyeron a más de 4.000 participantes de diversas regiones y perfiles. En un estudio con más de 2.000 mujeres del África subsahariana se logró una reducción del 100% en las infecciones. En otro ensayo, con más de 2.000 personas de distintos géneros, solo se reportaron dos infecciones, lo que refleja una eficacia del 99,9%. Estos resultados posicionan a este tratamiento como una herramienta casi equivalente a una vacuna para prevenir la transmisión del VIH.
Sin embargo, a pesar del optimismo generado, surgen dudas sobre su accesibilidad debido a su elevado precio. Aunque Gilead no ha confirmado cifras oficiales, expertos estiman que el costo podría alcanzar los 25.000 dólares anuales en Estados Unidos, un valor que limita su uso masivo, incluso en países desarrollados.
Investigadores como Andrew Hill, de la Universidad de Liverpool, han señalado que, gracias a la producción en masa, el medicamento podría fabricarse y distribuirse por apenas 25 dólares por persona al año, lo que aumentaría enormemente su alcance en regiones con menos recursos. Por ello, varias organizaciones y expertos exigen al laboratorio que ajuste sus precios para que este tratamiento revolucionario pueda llegar a quienes más lo necesitan en todo el mundo.