Tres de los principales bancos privados de Argentina han planteado sus proyecciones sobre los escenarios económicos que se vislumbran en el país camino al balotaje y más allá de 2024. Aunque cada uno tiene sus propias previsiones, hay consenso en varios aspectos clave, como un dólar oficial más alto, alta inflación y una recesión como resultado de los ajustes necesarios para la estabilización económica. Sin embargo, también se espera una mayor entrada de dólares, impulsada por el sector agropecuario y energético, aunque no se prevé una afluencia significativa de inversiones extranjeras.
La incertidumbre política es uno de los factores que genera desconfianza. La principal preocupación radica en la viabilidad de un plan de estabilización en un contexto en el que más del 40% de la población argentina vive en la pobreza y los ingresos han disminuido durante cinco años. No obstante, también hay aspectos positivos: la fragmentación política podría moderar a un Sergio Massa menos alineado con el kirchnerismo, y los últimos resultados electorales disipan el fantasma de la dolarización total.
Sin embargo, si bien los consensos existen, también hay notables diferencias en función de si gana Massa o Javier Milei. Massa podría optar por un enfoque gradualista, similar al que implementó Mauricio Macri, lo que resultaría en movimientos menos bruscos en los precios relativos, como las tarifas y el tipo de cambio, pero con una inflación más alta a medio plazo. Por otro lado, Milei podría buscar un shock, con una devaluación significativa y un tipo de cambio fijo durante un período determinado. Ambos se verían obligados a realizar ajustes fiscales, aunque por diferentes medios.
El camino hacia el balotaje del 19 de noviembre parece más tranquilo en la actualidad, pero las tensiones con el dólar podrían resurgir antes de las elecciones. A pesar de la moderación de Milei y su acuerdo con sectores del PRO, y de las distorsiones macroeconómicas del plan de Massa, una confirmación de la dolarización y la eliminación del Banco Central podría generar nerviosismo en los mercados a medida que se multipliquen las encuestas.
El Banco BBVA pronostica un tipo de cambio de USD 630 para diciembre y una inflación del 200% en 2023. Si se logra un plan de estabilización “relativamente exitoso”, la inflación podría situarse en el 155% para el año siguiente. Se espera que la economía caiga un 3.5% en 2023 y un 2.5% en 2024. Sin embargo, se prevé una entrada de dólares que superaría los USD 13,000 o USD 15,000 millones, lo que permitiría al Banco Central acumular reservas.
En el Banco Galicia, consideran que la subida del tipo de cambio diferencial podría estimular una liquidación adicional de exportaciones en las próximas semanas. Sin embargo, existe un límite en la disponibilidad de divisas, especialmente en el caso de la soja. También plantean que la suba del tipo de cambio diferencial podría adormecer el mercado de bonos CCL y reducir la presión sobre el uso de divisas del Banco Central. En cualquier caso, las tensiones son inevitables, y la incertidumbre política podría generar un mayor nerviosismo en el mercado.
El escenario político en Argentina sigue siendo incierto, y la economía del país enfrenta importantes desafíos en los próximos años, independientemente del resultado del balotaje. La capacidad de los líderes políticos para llegar a acuerdos y tomar medidas efectivas será fundamental para enfrentar estos desafíos.