Las historias de amor generalmente enternecen, pero hay algunas que indignan, y es lo que está pasando en Casa de Gobierno con una alta funcionaria flechada por Cupido, que a sus encantos naturales parece haberle sumado los encantos de la casta para adornar con mucho más que cariño a su Romeo.
La Julieta en cuestión, ministra ella, parece haber caído a los pies de un jovencito y parece también estar dispuesta a brindarle toda clase de mimos, lo cual estaría muy bien, sino fuera porque apela a algo más que su romanticismo.
Parece que la morocha no eligió para expresar sus dulces sentimientos cocinarle algo rico, recitarle poemas a la luz de la luna o esperarlo con música lenta, sino que echó mano a todo lo que tiene a su alcance para exteriorizar el latido acelerado de su corazón de ministra. Y es mucho lo que tiene al alcance de su mano.
Así, nuestra Julieta no dudó en resolver la manera de tener a su Romeo más cerca, y le facilitó un muy acomodado nombramiento al chico, echando sin más a quien ocupaba su lugar. Como este lugarcito se relaciona con la prensa, dicen que un medio está especialmente emocionado con el desembarco del galán en el puesto, ya que facilita información al instante. Y se sabe… lo primero es la familia.
Pero la cosa no termina ahí. Después de todo, que un funcionario le haga un lugarcito a su enamorada/o y le asegure un sueldito es práctica corriente, sean amores oficiales, secretos, clandestinos o de parientes cercanos. ¡Cuántos cuñados y primos terminan en bancas o direcciones por haber acertado al elegir pareja!
Hasta ahí había bronca pero sólo se murmuraba por lo bajo. El tema pasó a mayores cuando Romeo, solterito él, recibió un regalito especial. ¿Un anillo? No. ¿Una camisa de marca? No. ¿La remera oficial del Inter Miami? No, no, frío, frío.
La ministra usó sus contactos, movió el teléfono, y nuestro Romeo recibió ¡una vivienda!
Sí, sí. Hermoso regalito. Mientras hay madres solas y familias que esperan una vivienda hace 5, 10, 15 y más años sin respuesta, el galán que encandiló a la ministra ya recibió su nidito de amor. Su nombre apareció en la lista de adjudicatarios, así que no hay rumor ni chisme: es oficial.
Pero ese dulce obsequio es el que desató el escándalo, porque claro, el agraciado muchacho tiene un número de documento numerado por encima de los 40 millones. ¡Es un nene! Y como no tiene esposa ni hijos, salió a la luz que fue bendecido por hallar su media naranja en la casta.
Se comenta que ya le pidieron a ella que afloje un poco, o que se haga cargo de los regalos sin usar dinero público. Pero a Romeo nadie le quita lo bailado. Ni su cargo. Ni la casa. ¡Qué viva el amor! ¡Así vale la pena gozar la primavera!
El catucho
