Y llegó nomás otra ola del coronavirus. Delta, Omicron o como se llame la cepa que está arrasando con los contagios nuevamente.
Catamarca ya arrancó con las restricciones y prohibiciones, cerraron los boliches, limitaron la circulación, volvieron los aforos y la temporada turística tan esperada empezó con el pie izquierdo.
Un error de cálculo fenomenal del Gobierno, que ya estaba levantando la carpa. A comienzos de octubre, sin ir más lejos, se anunciaba el cierre del Hospital Monovalente Carlos Malbrán.
El propio gobernador se apuró a dar la noticia del fin del hospital que recibía a los enfermos de coronavirus.
“Calculo que antes de fin de año”, anticipaba Jalil, y avisaba que “la gente que trabaja en el hospital, porque nombramos mucho personal en la pandemia tanto en el sector salud como en el de seguridad, va a ir a trabajar a los barrios”.
El pobre personal de Salud, que pasó de recibir aplausos a manifestarse en las calles por la falta de reconocimiento, tendrá que arremangarse otra vez para testeos y tratamientos.
Con más de 700 fallecidos y una multitud que ronda los 60.000 contagiados, Catamarca sigue sufriendo la pandemia, aunque el Gobierno le sacó bastante rédito porque vistió de candidatos a todos los voceros del COE pensando en las elecciones y le salió bien.
Los gastos del tratamiento e internación de las personas que en Catamarca sean diagnosticadas con coronavirus y que no tengan el esquema completo de vacunación correrán por cuenta del paciente, informó este martes el gobierno provincial
Mientras tanto, Catamarca se hizo noticia nacional por atacar al bolsillo de los antivacunas. Según el decreto 3095, las personas que no tengan el esquema completo de vacunación contra la covid-19 “quedan exceptuadas de los beneficios del régimen ‘Prestaciones Médicas – Especial Covid-19’, creado durante la primera etapa de la pandemia”.
Esto quiere decir que los gastos del tratamiento e internación por la enfermedad en el sistema público, en caso de ser diagnosticados como positivos para Covid-19, correrán por cuenta propia sin tener asistencia financiera del Estado.
Ya que el Malbrán no puede cerrar, que alguien empiece a pagar.