En góndolas de supermercados, en la verdulería, en el mercadito o en la carnicería del barrio, en enero los consumidores pagaron en promedio 3,5 veces por la fruta, la verdura o los productos de ganadería (carne, huevos, leche) lo que cobraron por esos mismos productos, también en promedio, los respectivos productores regionales.
La brecha entre precio en tranquera y en góndola o cajón es mayor en el caso de los productos frutihortícolas, donde el consumidor paga 4,9 veces (esto es, 390% más) de lo que cobró el productor y menor en el caso de los derivados de la ganadería donde la brecha se reduce al 200 por ciento.
En ambos casos, los márgenes están más o menos en línea con los valores compilados en los últimos seis meses por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) para la elaboración del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), que no es un indicador de inflación, sino una aproximación al reparto de la torta entre diferentes eslabones de las cadenas productivas.
Relevamiento
El IPOD releva mensualmente 24 agroalimentos y mide así la porción que recibe el productor respecto de lo que pagó el consumidor final: en enero fue en promedio del 28,2%, pero con grandes variaciones. Los productores de frutillas se quedaron con $593 de los $1.150 por kilo pagados en promedio en góndola, una participación del 51,6 por ciento. En el extremo opuesto, los de manzana roja se quedaron con apenas $68 de los $685 pagados en promedio por el kilo de esa fruta (9,9%)
Esto tiene mucho que ver con la estacionalidad, las características de las diferentes especies (la frutilla, por caso, es un “llamador” de ventas) y los márgenes de los eslabones de la cadena, como costos y utilidad de los procesos de empaque, frío, transporte y venta final, sea un supermercado, una verdulería o la frutería al frente de un comercio barrial.
Después de los productores de frutilla, quienes mejores porciones del precio final obtuvieron fueron los productores de pollo, huevos y repollo: todos arriba del 40 por ciento. En el extremo opuesto, detrás de la baja participación de los productores de manzana roja se encolumnaron los de zanahorias (apenas 10% del precio final fue a sus bolsillos), zapallito (11%) y pera (14,2%). Pisándole los talones se alinearon los de mandarina (15,7%), limón (16,1%) y naranja (16,8%), de lo que se desprende que los productores del Alto Valle y los de cítricos están pasando un mal momento no solo por la sequía, sino por la distribución de la torta en sus respectivas cadenas de valor.