En Córdoba no duermen la siesta

A diferencia de lo que ocurre con la Justicia catamarqueña, en Córdoba la causa Bacchiani va derechito a juicio: se investigó con seriedad y en profundidad, y el Pelado quedó contra las cuerdas en la ciudad mediterránea, mientras acá tuvo oportunidad de tomarse un mes de relax en La Rioja, usar teléfonos y gozar mientras la “investigación” da vueltas y vueltas sin sentido desde hace más de dos años.

Y eso que en Córdoba el paso de Edgar Bacchiani fue casi fugaz: abrió su local en agosto de 2021 y en menos de un año bajó la persiana. Pero no hubo tanto lugar para la joda, porque la Justicia lo agarró de las pestañas.

El juez de Control y Faltas Número 7 de la ciudad de Córdoba, José Milton Peralta, ya confirmó la elevación a juicio contra Edgar Adhemar Bacchiani por la supuesta comisión de estafas relacionadas con inversiones en criptomonedas.

Según la acusación Adhemar Bacchiani, quien se autodenominaba como “trader god” (“dios del comercio”), habría montado en la capital cordobesa una sucursal de su empresa Adhemar Capital SRL mediante la cual “habría captado numerosas víctimas que aportaron grandes sumas de dinero para ser invertidas en criptodivisas”.

De acuerdo a la investigación de la fiscal, “Bacchiani firmaba contratos de mandato de inversión por seis meses y se comprometía a pagar mensualmente intereses que oscilaban entre el 13% y el 18% como así también a restituir el capital aportado al finalizar el contrato”.

“Sin embargo, ni los intereses mensuales ni el capital invertido en criptoactivos les fueron devueltos a sus clientes”, aseguraron fuentes judiciales.

En la causa hay más de 50 damnificados y algunos de ellos habrían aportado hasta 200 mil dólares.

El juez Peralta concluyó que existen “fuertes indicios” para fundamentar la calificación de “estafa” tales como que “el imputado haya otorgado pagarés a título personal para asegurar el cumplimiento de sus obligaciones; pero que, al mismo tiempo, haya colocado muchísimos de sus bienes a nombre de ´testaferros´”.

También consideró que, “conforme sus ejercicios contables, la rentabilidad de la empresa en años anteriores había sido mucho menor a lo que Bacchiani prometía a sus clientes en estos casos”.

El juez entendió que Bacchiani fue “el autor mediato de los hechos”. “Pues, si bien quienes contactaron a los damnificados fueron sus dependientes, estos lo habrían hecho inducidos a error por el imputado. Puesto que, en principio, no habrían tenido conocimiento de la maniobra”, concluyó Peralta.

Para llegar a esas conclusiones, fue clave la tarea de la fiscal Valeria Rissi, que desnudó toda la organización de Bacchiani, por ejemplo, a través de más de 500 fojas de escuchas telefónicas que fueron incorporadas al expediente.

O son mejores en la Justicia de allá… o no tienen compromisos con Bacchiani. Vaya a saber.

Aquí iremos revelando el contenido de esas escuchas, y más de uno se va a caer de espaldas.

El catucho 

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