El “Tronco” Jalil y una declaración incómoda

Los vínculos de la familia del gobernador Raúl Jalil con el genio de las criptomonedas Edgar Bacchiani es por todos conocido, y si bien la causa avanza poco y nada y la “investigación” se acerca a los dos años sin ningún resultado serio, el popular “Tronco” tuvo que ir a declarar.
Andresito, el hermano de Raúl, dijo lo suyo ante las autoridades y la verdad es que la pasó bastante mal.
El problema de Jalil es que quiere ponerse el traje de víctima, y le cuesta porque es casi im-posible para él negar la estrechísima cercanía que tenía con el Pelado, que clavó a medio mundo con su financiera.
Jalil y Bacchiani eran compadres (son compadres), compartían fiestas y reuniones familiares, compartían shows públicos en Catamarca y en otras provincias. Lo que se dice, culo y calzón. Y claro, ahora el “Tronco” declara y hace todo su esfuerzo por decir que no sabía nada, que no hablaba con nadie, que no tenía idea de nada.
La justicia sospecha que hay algo más en esa relación, digamos, una sociedad comercial. Y que los fondos que Bacchiani cosechaba vaya a saber cómo, en buena parte fueron a parar al Grupo Jalil. Es verdad que el “Tronco” lo denunció, pero no tiene gracia eso, lo denunció cuando el otro ya había caído en desgracia. Lo denunció… ¿para cubrirse?
Una de las cosas que Jalil no pudo explicar es por qué, si no tenía ninguna relación seria con Bacchiani, terminó como padrino de su hijo.
Jalil dijo que fue porque el Pelado vio que era buen padre y nada más, pero que prácticamen-te no lo conocía. Mirá vos.
El “Tronco” declaró que no sabe nada. No sabe si tuvo plata en sus billeteras virtuales, no sabe quién le ponía plata, no sabe lo que compra, lo que vende, lo que cobra. Y cada tanto se pisaba.
Dijo que había puesto plata suya en la timba de Adhemar Capital, pesos y dólares, y que Bacchiani le pagaba hasta que no le pagó más. Y que le fue a reclamar y a cambio el Pelado le ofreció propiedades.
Dijo que Bacchiani se enojó y lo amenazó con que iba a ser el último en cobrar. Pero ahí le pararon el carro en la declaración, porque el “Tronco” dijo que Bacchiani le ofreció Wika para asumir deudas. Y entonces los números no cerraban, porque era como que le debían 500 pesos y le ofrecían una Ferrari para cancelar. Es decir, le ofrecían algo que valía mucho más de lo que se le adeudaba.
¿Bacchiani era tonto o Jalil metió mucha más plata de la que declara?
Igual no se aclaró nada, todo se estira y se estira y nada más. Lo que en la justicia parecen sospechar, es que si en el negocio de Bacchiani hubo plata malhabida, alguien más se beneficio. Quizás el Grupo Jalil, aunque ahora diga “si te he visto no me acuerdo”.

El Catucho 

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