Dios aprieta pero no ahorca, dicen, y es verdad. En medio de tanta malaria, siempre aparece una alegría.
Con un año de pandemia que va dejando 55 muertos y casi 9.000 infectados, con clases que no empiezan porque los docentes van a tres días de paro, con denuncias penales porque se armaron vacunatorios VIP, con millones de dólares gastados en un avioncito y diluvios que arrasan con todo… la felicidad llegó de la mano del ministro Niederle.
El asesor de Capdevilla en la construcción del Estadio Bicentenario, que se cayó pero ahora está siendo arreglado –gracias al cielo-, ¡consiguió un sensacional triunfo jugando al padel contra los mellizos Jalil! ¡Bien por ti Niederle!
Un logro deportivo fantástico, que por fin corta la mala racha y encamina a la felicidad a todos los catamarqueños.
El gran ministro de obras públicas o de Infraestructura y Obras Civiles, como rebautizaron el cargo, se ocupó de dar la buena nueva al mundo en su Facebook, demostrando con sabiduría que cuando se quiere se puede.
Esta comunicación del alto funcionario ya debe haber hecho repuntar la imagen del Gobierno, porque los triunfadores son así, hacen ganar al equipo ellos solos.
El partido fue difícil, porque mientras jugueteaba con la paletita Niederle estaba muy preocupado por el Hospital San Juan Bautista que se inundó, por las calles donde se levantó el asfalto, por las 80 familias evacuadas, por la falta de un sistema de desagües. Repreocupado estaba, pero lo superó todo, como el Diego que jugaba con el tobillo hinchado.
Cuando le comunicó al mundo que había ganado, los festejos estallaron, los catamarqueños desbordaban de alegría como desbordan las calles de agua.
“¡Ganó, ganó, el Edu ganó!”, gritaban los evacuados improvisando banderas con nailon negro. En el hospital los médicos celebraban y empezaron a sacar baldes de agua del área de Urgencias con una alegría terrible. “¡Esto es una bendición, nos llena de ánimo y ganas, si él pudo ganarle a los Jalil, que no vamos a vaciar esto que son como 78 piletas Igui”, declaró un cirujano.
En el estadio todo era fiesta… los empleados de Capdevilla bailaban mientras removían las bolsas de basura con que hicieron los cimientos con Brizuela del Moral, y celebraban: “Para festejar seguro nos hace otra redeterminación de precios para pagar el arreglo de la obra que ya nos pagaron cuando la hicimos mal con su asesoramiento!”.
Felicidad y más felicidad, no es para menos.
Funcionarios comprometidos como Niederle nos hacen creer en el futuro, porque cuando los gobernantes demuestran que les importa la gente, es tan emocionante.
Se hunde Catamarca bajo el agua y el ministro subiendo fotitos de sus juegos con amigos. ¡Que laburen los giles!
Este campeón del padel, a quien en el circuito europeo ya llaman como “Pollito”, hizo feliz a un pueblo. Ojalá puedan volver a lanzar el Fondo Especial de Gestión para que reciba ese medio millón libre de rendiciones por mes que tanto merece.
¡Felicitaciones ganador! Seguí disfrutando tu éxito, la casa invita y te paga lo que quieras… la Casa de Gobierno.
La Visión del Catucho
Buenísimo, cómo me alegra el triunfo del “pollito” Niederle. El próximo partido tendría q ser en el estadio para su reinauguración.,con público y lo recaudado para Capdevila. Saldos