Cada vez más seguido llegan a Catamarca emisarios y empresarios chinos, que anuncian inversiones, ganan derechos, montan empresas y financian obras por miles y miles de millones de dólares, en una provincia que rondó los 100.000 beneficiarios de IFE durante la pandemia.
Cada vez que desembarca (o aterriza, porque ya no vienen en barco) algún chino, hay fotos, sonrisitas de todos y se festeja como una gran noticia.
China es un monstruo económico, y acá se le abrieron las puertas como si eso fuera sacarse la lotería, como que nos hicimos amigos del ricachón del barrio.
Pero en realidad nos estamos endeudando hasta la médula, y ese romance puede costar muy caro, incluso mucho peor que con el FMI.
Todo es parte de una estrategia anunciada por el Gobierno de Argentina de diversificar las relaciones económicas con China, con inversiones chinas por decenas de miles de millones de dólares, estableciendo un marco conjunto “inclusivo y que contribuya al desarrollo sostenible”, todo muy lindo, sí, pero no hay que olvidarse de algo: Argentina está hundida en la inflación, en la deuda y en una muy grave crisis económica. China no.
China aprovecha a todos los países que están en la lona y les tira billetes como si fuera papel picado. Pero ¿a qué precio? ¿Cuál es el costo? ¿Cuál será el costo?
La estrategia económica de China es formar un nuevo eje económico mundial, en el contexto de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y así desplazar a Estados Unidos y Europa, aunque en Europa también se hizo amigos entre los países con problemas.
El gigante asiático ve en Argentina un país que puede brindarle el acceso a una gran diversidad de recursos naturales y a alimentos a gran escala.
China tiene interés en que cada vez más países sean miembros de sus nuevos bancos, para deshacerse del poder económico hegemónico de EE. UU. Pero no lo hace como Cáritas… puede terminar como dueño de todo lo que financia.
Sólo en 2021, China compró bienes argentinos por unos 6.300 millones de dólares, cerca del 7,9 % del total de exportaciones argentinas al mundo.
El FMI hundió a la Argentina, pero China es mucho peor. Porque –está probado y comprobado- China no negocia ni renegocia las deudas. Si Argentina terminara no pudiendo pagar la deuda con China, debido a que la debacle económica no es fácil de remontar, ese país incluso podría quedarse con las ganancias de infraestructura construida en Argentina, como pueden ser los puertos, algo que ya sucedió con otros países.
Hay antecedentes claros: Sri Lanka, dependiente del intercambio de divisas con China, festejó también cuando entraba dinero a mansalva y las obras que se hacían, pero después quedó endeudada y se vio forzada a “alquilar” por 99 años el puerto estratégico de Hambantota a la estatal China Merchants Ports Holdings por retrasos en el pago de su deuda. Y volaron todos los trabajadores, porque los chinos metieron a toda su gente, y de yapa militares para controlar.
Dado que China es uno de los mayores acreedores bilaterales a nivel mundial, preocupan sus condiciones de crédito, que incluyen prioridad de cobro y excluyen reestructuraciones colectivas. Y Argentina no solo es el principal deudor del FMI, sino ahora también uno de los principales deudores de China.
Acá ya se anunció de todo, proyectos de represas en el sur argentino y un parque solar en Jujuy, entre otras cosas, todo generado con préstamos de China. Una deuda a futuro que, si Argentina no crece, evidentemente no podrá pagar, dejándole a las generaciones posteriores un futuro con una incertidumbre mayor aún. Es decir, que en lugar de evitar más endeudamiento, Argentina hace lo contrario.
La situación financiera de Argentina no amerita tomar nuevos préstamos y algunos proyectos de China en Argentina incluso son cuestionables, como la construcción de la cuarta central de energía nuclear, Atucha III.
La incursión china en la región es preocupante y tendrá consecuencias.
En estos tiempos modernos, ya no se conquistan países con balas y cañones, se hace con billetes. Llegan muchos billetes a esta provincia, billetes, la gran debilidad de Catamarca. ¿Alguien cree que todo eso será gratis?