El partido GEN Catamarca repudió “todo acto de violencia en Andalgalá”

A la luz de los hechos ocurridos en los últimos días en Andagalá entre grupos ambientalistas y personal de la Policía provincial, el Partido Gen en Catamarca pronunció su repudio mediante un documento. 

“En el marco de los hechos graves suscitados en Andalgalá, específicamente la resistencia de los vecinos de Choya, a raíz de la oposición en relación a la minería a cielo abierto por quienes defienden el agua y el medio ambiente, desde este ámbito político, exhortamos a las autoridades a que informen y den detalles  del impacto ambiental que generaría la explotación a cielo Abierto.

Motiva nuestro pedido, el hecho de que el proyecto MARA, representa los intereses económicos de un grupo que solo viene a hacer negocios, tal cual pasó con Minera la Alumbrera,  que luego de su explotación dejó al pueblo contaminación,  aniquilamiento de los acuíferos, devastación ambiental, desaparición de especies autóctonas, la dificultad en  la recuperación  agraria en la región, etc.

Por ello consideramos que las actividades que puedan afectar la  condición natural de la zona a explotar, debido a que esa actividad  puede liberar sustancias contaminantes –  además del impacto ambiental que conlleva  la construcción de obras de  infraestructura; etc.- deben de ser autorizadas solo después de obtener licencia social.

De nada valen los informes ambientales aprobados a libro cerrado, impuestos determinados por las autoridades en turno, desconociendo la legitimidad de los afectados por la actividad, e ignorando el aniquilamiento real del medio ambiente. 

Luego de los lamentables hechos acaecidos en Andalgalá queda claro que, a raíz de su inacción,  el gobierno provincial está propiciando la pelea de pobres contra pobres, de vecinos coterráneos  que con legítimos derechos, unos y otros, defienden el medioambiente, pero también el derecho a trabajar y prosperar por sus familias, en  medio de una crisis económica global que los agobia.

 Nuestros gobernantes son los que debían advertir esto que finalmente sucedió en una escalada de violencia, porque no trabajaron buscando las coincidencias y, en cambio, subestimaron el reclamo. Por eso nos encontramos hoy con parte de la gente de Andalgalá en la calle, gritando, luchando, y lastimándose unos contra otros.

El gobierno y las empresas deben agotar las instancias de diálogo con los ciudadanos y no decidir, simplemente por considerar que tienen el poder, aun cuando estén legalmente habilitados a ejercerlo.

Hay una importante masa del pueblo andalgalense que no está de acuerdo con el proyecto minero y su lucha es tan legítima como la de los que sí quieren vivir de la minería, porque consideran se trata un derecho constitucional y una actividad lícita.

Señores del gobierno hagan lo que deben hacer. Advertimos que están más inmersos en la fecha de las futuras elecciones o en la politiquería que los aleja, cada vez más, de estos temas que imperan porque conllevan el dolor de la gente.

El pueblo andalgalense fue testigo del saqueo y el despilfarro de las regalías mineras por  20 años, con otros gobiernos, que tampoco entendieron sus temores y reclamos. Hoy, 12 años después, estos hechos muestran a las claras que no aprendimos nada de aquellos errores y se pretende volver a imponer por la fuerza lo que por el dialogo y el consenso no se buscó solucionar en tiempo y forma. Esta actitud de avasallamiento en lugar de ponerse en lugar del otro termina destruyendo todo puente posible.

Por ello solicitamos expresamente a las autoridades competentes que dejen de responder ante estos reclamos legítimos de una porción del pueblo andalgalense con represión y busquen los medios para logar la armonía social, pensando en la calidad de vida que exigen y donde se vean reflejados también los intereses de quienes legítimamente pretenden ejercer en la actividad minera, tanto comercializando productos como trabajando en dependencia, directa o indirecta de las empresas responsables de los yacimientos.

La minería sustentable realizada en armonía con el ecosistema puede traer riqueza y prosperidad. Pero la megaminería impuesta por la fuerza, solo busca beneficiar a algunos logrando, en el largo plazo, la triste división entre hermanos.”

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