Cuenta un pajarito chismoso que un altísimo funcionario del gobierno, del que se dice ahora que va a ser cónsul en un lugar muy lejano y muy cómodo, tenía una valijita con muchos millones para darle a un intendente que quería ir al Congreso de la Nación pero tropezó en la interna.
Dice este pajarito cabezón que después de un tiempo se supo que el intendente no recibió la gran valija, sino un monedero chiquitito.
¿Y los millones que faltan? ¡Eran muchos millones! ¿Desaparecieron? No, parece que no, parece que el alto funcionario es muy creyente, y creía que los iba a multiplicar con criptomonedas, dándole la platita a otro pajarito que como no tiene plumas le dicen el Pelado.
Pero ahora el Pelado no le da la plata, el funcionario no puede explicar qué pasó con su valija, y el intendente se quedó sin los millones.
¿Qué va a pasar? Hay muchos enojados, y por eso le van a decir al funcionario que se vaya muy muy lejos.
Lo que tendrían que hacer es denunciarlo, dicen otros, pero parece que el Pelado tiene muchos amiguitos y nadie quiere que se sepa lo que pasó, porque sino van a empezar a aparecer muchos desplumados que jugaban con valijas que no eran de ellos.
Y eso les preocupa a todos, a los que ganaron mucho, a los que ganaron poco y a los que no ganaron.
Pero quién le va a creer a un pajarito chismoso.