Eramos pocos y llegó el Jopo. La carrera por una banca en el Congreso de la Nación tiene decenas de aspirantes que vienen remando hace rato para anotarse en la lista, y sobre la hora se anotó uno más, con bastante peso para discutir.
Se trata de Edgardo Macedo, un histórico referente del sadismo que lleva casi medio siglo de militancia y ahora va por el premio mayor.
¿Quién puede descalificar al Jopo? Se bancó las décadas de resistencia con los radicales en el poder, no transó nunca, fue fiel al PJ desde la primera hora, tiene experiencia legislativa, tiene experiencia en el gobierno. Un cuadro de lujo para casi todos los compañeros.
Macedo es hombre de confianza de Lucía Corpacci, la señora que va cantada como cabeza de lista del oficialismo.
Estuvo con ella en la Vicegobernación, estuvo con ella en el Congreso, estuvo con ella en el Gobierno. No necesita presentación: el presidente de Vélez viene a cosechar lo que sembró en el partido, y entre las bancas se reparten entre Senado y Diputados, sabe que si reclama una la puede conseguir.
¿Cuál es el problema? Todos saben que no responde a Raúl Jalil, y ni siquiera quiso seguir en Casa de Gobierno cuando Raúl lo sumó al gabinete.
El “Jopo” está en la grilla de partida para la carrera que termina el sábado, y ahora todo depende de Corpacci. Hay que ver a quiénes elige para acompañarla.
La visión del catucho
