Los celulares del neurocirujano Leopoldo Luque y de la psiquiatra Agustina Cosachov, los principales acusados en la causa que investiga la muerte de Diego Maradona por un presunto homicidio culposo, tuvieron una actividad intensa el 25 de noviembre de 2020 en el que el máximo ídolo del futbol mundial falleció.
Durante 33 minutos los médicos intercambiaron varios mensajes de WhatsApp que fueron difundidos ayer, en donde relataban lo que ocurría en el country San Andrés de Tigre, donde Cosachov y el psicólogo Carlos Diaz habían ido por un control de rutina.
Pero además de los textos, cruzaron una importante cantidad de audios donde relataron paso a paso lo que ocurría mientras los médicos del servicio prepago intentaban reanimar al ídolo sin éxito. Además hay dos mensajes de voz, donde Luque le cuenta a dos colegas de la noticia. Este material está incorporado al expediente y fue valorado como de interés por los fiscales. Se extrajo de la pericia oficial que además fue entregada a las partes incorporadas a la causa como particulares damnificados.
Cuando todo era incertidumbre, Luque ya estaba al tanto del problema por medio de los mensajes que le enviaba Cosachov. La tensión crecía en la casa de Tigre y las chances del Diez de sobrevivir se extinguían. En medio de las malas noticias que llegaban, el neurocirujano se comunicó con uno de sus socios para contarle lo que había pasado y para indicarle con precisión donde queda el country donde Maradona estaba muriendo: “Tranca vos, yo estoy por la autopista ya. Parece que está muerto. Posta que está muerto. Barrio San Andrés, tenés que pasar viste el que vamos siempre, Santa María de Tigre. Tenes que seguir por esa, seguir, seguir por esa calle hasta llegar a Italia. Esta sobre Italia. Ahora yo te paso la ubicación”.
Algunos minutos más tarde, en los medios nacionales empezaba a difundirse la información de que Maradona se había descompensado aunque todavía no se confirmaba su muerte. Cosachov, angustiada, le comunicaba lo que pasaba a Luque que, mientras tanto, respondía a uno de sus contactos que le envió una captura de pantalla de televisión donde un noticiero discutía el tema.
La respuesta de Luque fue de un desparpajo temerario:
“Si boludo parece que hizo un paro cardiorrespiratorio y se va a cagar muriendo el gordo. Ni idea que hizo. Yo estoy yendo para allá”.
Puntualmente sobre la conversación con Cosachov, que increíblemente se da entre mensajes de texto y audios a pesar de la premura del caso, en la pericia figuran varios audios en los que la profesional le reporta lo que está pasando en la casa mientras Luque maneja en dirección al country de Maradona.
“Ahora está con el equipo (de la ambulancia) lo están reanimando con una vía e intubando. Pero estuvimos como diez, quince minutos haciéndole nosotros porque no llegaba la ambulancia”, explica la psiquiatra.
En otro de los audios, la especialista es aún más específica del momento en el que lo encontraron a Diego cuando ingresaron a su habitación: “Entramos a la pieza y estaba frio, frio. Con toda la circulación marcada. Empezamos a hacer la reanimación y recuperó un poco el tono y, digamos, recuperó un poco de la temperatura corporal. Todo eso más o menos fueron 10 minutos que le hacíamos RCP manual, digamos entre la enfermera, “El Negro”, yo y “Monona” (la cocinera) y después llegó la ambulancia. Ahora están procediendo ellos. No nos dicen cómo está la situación. Yo salí y no me dicen nada”.
Luego de eso Luque le envía dos audios seguidos en los que le consulta sobre si cuando ellos lo intentaron reanimar a Diego. Cosachov responde por escrito que se lo palpó y que “parecía muerto”.
El neurocirujano intenta calmar a su compañera de equipo médico: “Tranqui. Trata de bajar. Esto es así, es así. Es un paciente complejo y bueno, va a pasar lo que tenga que pasar. Nosotros vamos a estar ahí a bancar la que venga”, afirmó.
Luque completa este cruce de audios en el momento mismo de la muerte del Diez con un tema que sería recurrente en las futuras conversaciones después de ese día: hacer hincapié en que las hijas de Diego estaban al tanto de todo lo que se hacía y también que firmaron el alta en la Clínica Olivos para enviar a Maradona a la supuesta internación domiciliaria. Claro que por más firma familiar que haya, para los investigadores la rúbrica de un médico es la que realmente pesa.
“Ya está. Hicimos lo que teníamos que hacer, Agustina. Estaba la familia al tanto de todo, todos en comunicación. Son pacientes así, muy difícil. Nada, lo único que te pido es que me avises si se van de ahí y para donde van así yo voy directo. Lógico que si sobrevive. Porque por cómo está el panorama está complicado. Si se quedan en la casa, a veces porque creen que no toleraría un traslado”, finaliza la conversación el neurocirujano.
Mientras en la Fiscalía General de San Isidro los fiscales Laura Capra, Patricio Ferrari, Cosme Iribarren, coordinados por el fiscal general John Broyad y su equipo, siguen analizando el material de las celulares secuestrados y distintas pruebas, no se descarta que en los próximos días los ya acusados Luque y Cosachov sean llamados a indagatoria. En los pasillos de tribunales se rumorea que podrían sumarse más imputados del entorno médico y personal de Diego Armando Maradona.
Para los fiscales, lo que pasaba en el country San Andrés era efectivamente una internación domiciliaria, una sumamente defectuosa, sin un llamador de cama a la vista, un desfibrilador, ni siquiera un tanque de oxígeno o suero. Por lo pronto, se espera que se defina la fecha del evento que será clave para definir la imputación de homicidio culposo: la junta médica, a cargo de especialistas de la Asesoría Pericia de la Procuración, que serán los encargados de definir, junto a posibles peritos aportados por las partes, si Maradona sufrió efectivamente una mala praxis.