La isla helada, conocida como A23a, ahora se dirige a aguas más cálidas, y buscan saber qué impacto tendrá esto en el ecosistema local.
El iceberg más grande del mundo, conocido como A23a, se desprendió del vórtice oceánico que lo mantenía sujeto y ahora navega por el océano con dirección a aguas más cálidas. Frente a este descubrimiento, los expertos buscan saber qué impacto tendrá esto en el ecosistema local.
Un equipo de científicos del British Antartic Survey (BAS) observó a través de imágenes satelitales que el iceberg A23a se soltó y ahora comenzó su camino hacia el Atlántico Sur.
«Estamos interesados ??en ver si tomará la misma ruta que otros grandes icebergs que se han desprendido de la Antártida. Y lo que es más importante, qué impacto tendrá esto en el ecosistema local», apuntó Andrew Meijer, uno de los expertos del BAS. Se estima que el recorrido será hacía aguas cálidas donde la isla helada se romperá y luego se derretirá.
El A23a tiene placas de 400 metros de grosor, pesa casi mil millones de toneladas y su superficie abarca unos 3.600 kilómetros cuadrados. Su primer desprendimiento sucedió en 1986 cuando se separó de la plataforma de hielo antártica Filchner. En dicha ocasión el iceberg se quebró en tres trozos y uno de ellos fue catalogado como el A23a.
Investigaciones para la Antártida
En enero, se lanzó una investigación conjunta lanzada desde la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), organismo perteneciente a la ONU, y el Instituto Antártico Argentino (IAA) monitoreará los niveles de contaminación por microplásticos en Antártida para luego desarrollar estrategias de degradación y prevención.
Es la primera vez que la Iniciativa Nutec Plastics de la OIEA, que involucra a 63 países y a los mares de todo el planeta, se realiza en Antártida, donde científicos del organismo trabajarán junto con pares del IAA y de la Dirección Nacional del Antártico argentina.
El proyecto Nutec Plastics investiga la contaminación con microplásticos en países alrededor del mundo, pero hasta el momento no había puesto su foco en la Antártida. «La salud de la Antártida es esencial para la salud del planeta. Los microplásticos están afectando el medio ambiente y este lugar no es una excepción», dijo el argentino Rafael Grossi, director general de la OIEA, desde la Antártida, adonde viajó el sábado junto al presidente Javier Milei.
Fuente: BAE