El huracán Otis deja al menos 27 muertos en el estado mexicano de Guerrero

Hay cuatro desaparecidos, hoteles y comercios parcialmente destruidos. También se registraron numerosas comunidades sin luz e incomunicadas.

Al menos 27 muertos, cuatro desaparecidos, hoteles y comercios parcialmente destruidos y numerosas comunidades sin luz e incomunicadas causó el paso del huracán Otis, que golpeó al Pacífico mexicano con magnitud 5, la máxima categoría de la escala Saffir-Simpson.

El huracán afectó en especial la ciudad turística de Acapulco con vientos de hasta de 270 km/h. “Acapulco está desolado. Es una película de terror”, dijo entre lágrimas el fotógrafo de EFE David Guzmán sobre el otrora paradisíaco balneario del estado mexicano de Guerrero devastado por el paso de Otis.

Guzmán lleva 33 años viviendo en la zona y su madre más de 50. “Jamás se había visto algo tan devastador como este huracán”, comentó.

Cómo fue el devastador paso del huracán Otis en el Pacífico mexicano

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que los fallecidos son “básicamente de Acapulco” y precisó que tres de los desaparecidos son militares.

Aunque la población local y los miles de turistas estaban advertidos de la llegada de Otis, se estimaba que tocaría tierra entre las cuatro y las seis de la mañana del miércoles, pero se adelantó y tomó a todos por sorpresa.

Otis, ya como huracán categoría 5, entró por la costa de Guerrero con vientos máximos sostenidos de 270 kilómetros por hora y rachas de hasta 300 kilómetros por hora.

La furia de Otis duró al menos tres horas. “En la calle principal todo estaba en el piso. El malecón estaba irreconocible, las lanchas estaban en el malecón, vi mucha gente saqueando los Oxxos (tienda local). Había lodo”, contó Guzmán.

El fotógrafo dijo que caminó cinco kilómetros por el Malecón y encontró una persona muerta. “Estaba ahí tirada, pero la gente caminaba a su lado como si no hubiera nadie, como si fuera una basura”, comentó.

Guzmán dijo que Otis dejó incomunicada la zona sin luz, sin agua y sin señal telefónica. ”Solo había rapiña, árboles caídos, gente llorando, turistas con sus maletas, personas abriendo autos como si fueran animales”, añadió.

“Me dio mucho miedo. Era, te juro, una película de terror. Pensé que no iba a llegar a mi casa, empezó a oscurecer, la gente corría con carritos llenos de comida, enloquecidos, sentí miedo de que me fueran a matar. Tuve terror”, afirmó.

Acapulco atraviesa un panorama desolador

Las comunicaciones telefónicas empezaban a reanudarse durante la mañana del jueves, mientras la autopista del Sol, la vía más rápida desde Ciudad de México, fue reabierta al tránsito.

También se reportaron importantes daños en la infraestructura del popular balneario, con cerca de 780.000 habitantes, la mitad de ellos aún con cortes de luz, debido a que se colapsaron 58 torres de alta tensión.

En Acapulco hay además empobrecidas comunidades que viven en cerros, en casas de viviendas de materiales frágiles. No se conocieron reporte de daños de esa zona. Un equipo de la AFP constató cuantiosos daños en hoteles, casas y comercios, además de algunos saqueos a establecimientos abandonados.

Una de las principales avenidas del puerto permanecía cubierta de lodo, mientras decenas de personas, muchas con maleta en mano, caminaban ante la ausencia de transporte público y taxis.

Algunos de los pobladores vagaban buscando agua y alimentos.

Durante la mañana, elementos del Ejército desalojaban el barro y los escombros de las avenidas costeras, mientras las calles para entrar y salir del puerto registraban al mediodía un tráfico intenso con áreas obstaculizadas.

Punta Diamante, la zona más lujosa y moderna del puerto y donde se erigen hoteles y edificios de departamentos de una veintena de pisos, es una de las más afectadas, con las paredes de varios pisos derribadas por el poderío de Otis.

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