El Gobierno está buscando la manera de eliminar el One Shot porque desató una marea de denuncias y malestar de los consumidores, cansados de los curros que se armaron con el programa. Es algo que se veía venir y que en esta misma columna denunciamos. En ese momento en el Gobierno se enojaron, pero ahora la ministra de Economía, Alejandra Nazareno, dijo lo mismo públicamente.
“El Gobierno presume del programa oficial de descuentos para compra de alimentos, el One Shot (“un tiro”, es el mejor nombre que se les ocurrió), pero económicamente se está convirtiendo en un tiro en las patas, porque deja más perdedores que ganadores”, observamos acá.
Advertimos que “el festejado programa empieza a mostrar cada vez más puntos flacos y a sembrar dudas, por varios problemas que se van acentuando. El primero, ya innegable, son los sobreprecios. En muchísimos comercios, cuando la gente va a comprar con el One Shot, se da que con descuento y todo termina pagando más que en otros comercios no adheridos, porque remarcan tanto los productos que se terminan comiendo el famoso descuento (…) Y lo que es más grave de todo, la recaudación del ARCAT de diciembre se derrumbó casi 7 puntos. Y ahí la prueba mayor del fracaso. Con One Shot, con las fiestas de fin de año y en el mes en que históricamente más se vende, la recaudación cae. (…) Esto pasa en parte porque con el One Shot se deja afuera a las grandes cadenas de supermercados, que regularmente son las que más aportan, y como pierden ventas al estar excluidos de la promoción, los números finales se resienten. Tenemos entonces un público cautivo al que muchos comerciantes estafan, avivadas de los que hacen plata fácil y una recaudación que se viene a pique. La gente se empieza a dar cuenta, y por eso el movimiento del One Shot cayó en su última vuelta. Parece que la fiesta terminó. Y en el Gobierno están recalculando, porque esto no funciona”.
Dicho y hecho. Nazareno declaró ahora que “estamos viendo que muchas empresas han entrado en incumplimiento y cuando hablamos de incumplimiento pueden venir porque directamente no presenten declaración de ingresos brutos lo cual me parece el cumplimiento más terrible, no presentar una declaración jurada”.
Reconoció que “puede ser que haya inconsistencias en la declaración jurada porque yo sé cuánto vendiste y a veces me presentás menos o me presentás solo lo que viste con el programa, significa que todo el mes no vendiste más… o sea hay algunas inconsistencias (…) hay inconsistencias hay incumplimientos por parte de los contribuyentes de los comercios, que estamos hablando no solamente de One Shot sino también todos los que participan en el programa Días de ensueño. Eso nos obliga a repensar un poco todo, es intención sacar el One Shot…evidentemente hay algo que hay que repensar, darle una vuelta de rosca tal vez porque a su vez el beneficiario que es el consumidor se queja por los aumentos de precio, se queja por avivadas, hay cosas raras como sabe ha habido denuncias en comercios del interior. Hay cosas que están desvirtuadas”.
Un sincericidio y con malestar incluido con los comerciantes: “esto hay que recordarlo, el programa Días de ensueño cuando nace como una iniciativa privada o sea es la Unión Comercial que se acerca en su momento al gobierno y el gobierno acepta esta propuesta y ayuda a que se concrete junto con el Banco Nación; entonces el mismo sector privado es el que está boicoteando la promoción de esta forma, nos da mucha pena la verdad”.
Mucha pena dice la ministra, que además reconoce que no pueden controlar: “fue una herramienta que es una herramienta muy buena y que se viene sosteniendo hace tantos años casualmente porque es un trabajo conjunto entre tres partes, pero la situación a la que hemos llegado ahora con el descontento de la gente, con las cosas que se han desvirtuado y con la las inconsistencias que se han encontrado a nivel fiscal o a nivel tributario, entonces ya es momento por ahí de repensarlo” y ahora quieren ver “qué podemos hacer y qué puede pasar”.
“De repente las cadenas nacionales (supermercados) que no ingresan la promoción se nos han acercado y me han dicho no estamos vendiendo nada, esta semana ni la semana previa al One Shot y eso repercute obviamente”, lamentó para admitir que “se está desmadrando la promoción por el tema del lado de precios”.
Nazareno ilustró lo que pasa poniendo como ejemplo a quienes venden un almohadón a un millón de pesos, y el día del One Shot lo venden a dos millones: “te puedo decir ¿qué pasó?… por lo menos pedirte una explicación qué es lo que está pasando pero (…) no tenemos la capacidad para controlar todo, o sea que en extensión nuestra provincia es enorme, los controles tienen que ser antes y después… es mucho”.
A confesión de parte, relevo de pruebas. El Catucho tenía razón: el One Shot fue un tiro… en las patas.