Preocupado por el impacto negativo del veto al financiamiento universitario en la opinión pública, el Gobierno activó un plan para desviar la atención y encauzar la discusión hacia nuevas medidas. En la mañana del miércoles, el presidente Javier Milei sorprendió al recibir al influencer libertario agredido en una manifestación y visitar la pizzería donde se refugió, buscando protagonismo mediático antes de la reunión de Gabinete.
Además, se aceleró el lanzamiento de una medida “anticasta” que apunta a recortar privilegios en la administración pública. El Gobierno también organizó un acto para este sábado, en el que oficializará el cambio de nombre del Centro Cultural Kirchner (CCK) a “Palacio Libertad”, un cambio que ya había sido decidido con antelación.
Estas estrategias fueron diseñadas por Milei con la colaboración de su asesor en comunicación estratégica, Santiago Caputo, y ejecutadas por su vocero, Manuel Adorni. La acción culminó con el anuncio oficial en el Boletín Oficial del cambio de nombre del ex Palacio de Correos, medida simbólica que refuerza la narrativa libertaria del presidente.
Por otro lado, en el entorno de Milei aseguran que, pese a las dificultades recientes, su imagen se ha estabilizado, con niveles de aprobación entre el 46% y el 50%. A pesar del descontento con el financiamiento universitario, los colaboradores del Presidente creen que este tema no afectó significativamente su apoyo popular.
Mientras tanto, el enfoque político del Gobierno está centrado en asegurar los votos necesarios para aprobar el Presupuesto 2025. Esta semana, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y su equipo se reunieron con gobernadores clave como Raúl Jalil de Catamarca y Rolando Figueroa de Neuquén, buscando apoyo para la votación.
A pesar de las dificultades, el oficialismo confía en obtener una “nueva mayoría” en el Congreso. Se espera que José Luis Espert convoque próximamente a la Comisión de Presupuesto y Hacienda para avanzar en las discusiones, aunque no se vislumbra un dictamen hasta noviembre.
Con una base de 84 votos obtenidos en el veto al financiamiento universitario, el Gobierno necesita sumar alrededor de 40 más para garantizar la aprobación del Presupuesto, aunque el panorama se presenta complicado. Sin embargo, confían en obtener el apoyo de opositores considerados “racionales”, como sectores de Encuentro Federal y la UCR, que han mostrado disposición a negociar.
El Presupuesto es clave para la estabilidad del Gobierno, y aunque existe la opción de extender el actual, sería una medida excepcional que todos buscan evitar. El Ejecutivo está abierto a propuestas que mantengan el déficit controlado, siempre y cuando los ajustes provengan de otras partidas.
No obstante, algunos asesores cercanos al presidente consideran que no es conveniente forzar un apoyo y que el naufragio del proyecto podría resultar más beneficioso para la administración actual, especialmente en cuanto a la relación con figuras opositoras que no han respaldado al Gobierno en votaciones clave.