El ministro de Economía, Martín Guzmán, adelantó este lunes que el proyecto de ley del presupuesto para 2021 será presentado ante el Congreso el próximo 15 de septiembre y que tendrá una meta de déficit fiscal primario de 4,5% del PBI, en conjunto con otras proyecciones de marco fiscal y financiero sobre el cual se asentarán las políticas publicas el año entrante.
Respecto al déficit fiscal primario proyectado, sostuvo que deberá ser “lo suficientemente grande como para poder tener la capacidad de impulsar la economía, pero también que estar contenido en función de cuál es la capacidad de financiar lo que tenemos”. “Apuntamos un déficit fiscal primario de alrededor del 4,5% del producto”, señaló el ministro, en el acto de presentación de los resultados de la reestructuración de la deuda en el Museo del Bicentenario, encabezado por el presidente Alberto Fernández.
Esta es la primera proyección oficial sobre el gasto que hará el Estado para el año entrante, junto con el anuncio de la reestrucutración del 99% de la deuda en moneda extranjera con acreedores, lo cual despejará pagos por US$ 37.700 millones en los próximos 10 años.
Luego de conocerse la información, Federico Furiase, economista y director del estudio Eco Go, aseguró que el 99% de adhesión al canje resulta en “un perfil de vencimientos con el sector privado muy liviano hasta 2025”, lo cual “deja aire para hacer una consolidación fiscal viable, en el marco de un nuevo acuerdo con el Fondo”.
Por su parte, el economista jefe de Ecolatina, Matías Rajnerman, analizó que el déficit de de 4,5% del PBI para 2021 es “similar al porcentaje de 2016 (-4,4%) y 2,5 puntos porcentuales menos que este año (-7%)”. “Es un número alto, pero que inevitablemente implicará algo de ajuste en un año electoral. Pasada la buena noticia del canje, vuelve la realidad”, aseguró.
Además, Fernando Marengo, economista jefe de la consultora Arriazu Macroanalistas, celebró la “amplia aceptación del canje de deuda” y el “horizonte de vencimientos privados despejado”, pero aseguró que el déficit proyectado resulta “poco ambicioso dado que gran parte del ‘ajuste’ se daría por estabilizadores automáticos pospandemia y aceleración de inflación”.