En un acto cargado de emoción, el gobernador Raúl Jalil y el ministro de Vivienda y Urbanización, Fidel Sáenz, entregaron 30 nuevas viviendas ubicadas en las inmediaciones de avenida Bicentenario, en el sector sur de la Capital. La obra fue financiada con fondos netamente provinciales, en un contexto económico adverso que no impidió avanzar con políticas habitacionales concretas.
Del total de unidades, cuatro fueron asignadas a investigadores del CONICET que eligieron radicarse en Catamarca para desarrollar proyectos científicos vinculados a sectores productivos y tecnológicos de la provincia. Esta acción forma parte de un convenio firmado entre el Gobierno de Catamarca y el organismo nacional, con el fin de fortalecer el arraigo profesional y la descentralización del conocimiento.
Las 26 viviendas restantes fueron destinadas a familias catamarqueñas que se encontraban inscriptas con larga antigüedad en el padrón del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV).
Durante el acto, estuvieron presentes el presidente del CONICET, Daniel Salamone; la diputada provincial María Argerich; el rector de la Universidad Nacional de Catamarca, Oscar Arellano; funcionarios del IPV y otras autoridades del ámbito provincial.
“El esfuerzo que estamos haciendo como provincia es muy grande. Seguimos entregando viviendas con fondos propios, en plena crisis económica y sin apoyo del Gobierno nacional. Pero lo hacemos convencidos de que esta es la manera de dar respuestas concretas a nuestra gente”, expresó el ministro Fidel Sáenz. Además, valoró la llegada de los investigadores como parte de un proyecto de gestión más amplio: “Concretamos un sueño que forma parte de nuestra filosofía: recibir científicos que eligen vivir en Catamarca y aportar desde su saber al desarrollo local”.
Por su parte, Daniel Salamone, presidente del CONICET, destacó la articulación con la Universidad Nacional de Catamarca y celebró el impulso político que permitió llevar adelante la iniciativa. “La entrega de viviendas es una herramienta concreta para atraer talento. Esta propuesta empezó en una gestión anterior, pero hoy se consolida como política de Estado. Esperamos que los científicos puedan desarrollar sus proyectos y disfrutar de esta nueva etapa”, expresó.
Uno de los momentos más emotivos fue el testimonio de Melisa de Varela, madre de siete hijos, quien recibió con lágrimas en los ojos las llaves de su nueva vivienda. “Estoy feliz porque, al fin, mis hijas van a poder criarse en una casa propia”, dijo. Melisa contó que llevaba 18 años inscripta en el IPV y agradeció a las autoridades y a su familia por acompañarla durante todo ese largo camino.