La Cueva de Jimbo, uno de los destinos naturales más representativos del Parque Nacional Tierra del Fuego, sufrió un derrumbe que ha generado consternación entre los habitantes de Ushuaia y los turistas que solían visitarla.
Este colapso marca el final de una etapa para quienes disfrutaban de este lugar único, conocido por su belleza y su importancia dentro del patrimonio natural de la región. Durante años, la cueva fue un punto de encuentro para exploradores, montañistas y amantes de la naturaleza, quienes encontraban en ella un espacio para la aventura y la conexión con el entorno.
No obstante, su estructura había sido clasificada como frágil por expertos en geología y montañismo, quienes advirtieron en varias ocasiones sobre el riesgo de un colapso. Estas advertencias se confirmaron recientemente, dejando un vacío significativo en la oferta turística y cultural de Ushuaia.
Ubicada cerca del Cañadón de la Oveja, la Cueva de Jimbo fue durante décadas un espacio emblemático para caminatas, exploraciones y eventos culturales. Sin embargo, en 2021, las autoridades del Parque Nacional Tierra del Fuego restringieron el acceso al lugar tras estudios del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), dependiente del CONICET, que evidenciaron su inestabilidad.
Los especialistas señalaron que la erosión y otros factores ambientales habían debilitado las formaciones rocosas de la cueva, provocando desprendimientos frecuentes de piedras y hielo desde su parte superior. Finalmente, esta vulnerabilidad llevó al derrumbe total de la estructura.