Con bombos y platillos se anunció oficialmente que la empresa Catamarca Minera y Energética Sociedad del Estado (Camyen), por primera vez en su historia, realizó un aporte económico de $200 millones para el desarrollo de obras en Catamarca.
Esto es de las payasadas más grandes que ha hecho el Gobierno de Raúl Jalil, ya que esta empresa estatal viene a aportar o donar o ceder algo así como 280.000 dólares al blue o 500.000 dólares al cambio oficial, que es la nada misma para un ente parasitario que lleva más de una década recibiendo aportes del Estado de los que jamás rinde cuentas, por ese curro maravilloso que inventaron de empresas estatales-privadas, que se alimentan de presupuesto estatal como cualquier oficina, pero no rinden cuentas.
Si dividimos los miserables 200 millones que tan generosa y heroicamente aportó Camyen, no alcanza ni para pagar los sueldos de sus directivos, ingresos millonarios que se reparten entre amigos y familiares desde que la empresa nació, como que por ahí pasaron el hermano del gobernador, la hija del ministro y otros amigotes.
Pero eso no es nada, para funcionar, Camyen recibió aportes multimillonarios del Estado siempre: fue una empresa deficitaria que sólo sirvió para armar viajecitos de amigos a Toronto, Australia y armar stands.
La plata que Camyen aporta (¿sería más preciso decir “devuelve”?) al Estado es nada, no alcanza ni a cubrir un par de viajecitos del avión que compró el Gobernador.
Esto es como si abrieras un bar que no tiene clientes, y el Estado te banca el alquiler, la luz, los sueldos de los empleados, publicidades y todos los gastos por 10 años, y después de una década vendés dos desayunos y se arma un acto para que le dones 2.000 pesos al Estado como genial “aporte privado”.
Muchachos, ¿nos toman por tontos? Si fuera verdad que Camyen se autofinancia, ¿por qué no empieza por devolver los millones que se chupó que era plata de todos los catamarqueños? No fueron un par de semanas o meses… ¡una década se bancó esa empresita con dinero público!
Todo para nada, para que sus políticos metidos en Camyen por vínculos familiares jueguen a ser ceos de Wal Street.
La hicieron bien, se llenaron, fantástico. Disfruten, pero no nos tomen por giles a todos diciendo que Camyen aporta algo, y menos eso que no es ni el 1 por ciento de lo que evaden las mineras en impuestos truchando facturas.
A otro perro con ese hueso.
Ya va a llegar este tema al Tribunal de Cuentas y agarrate con la que se arma. Ah, no pará… cierto que ahí está el exministro Jorge Moreno. Dejá, olvídate nomás.