El pasado 10 de diciembre, la Justicia de Mendoza sobreseyó a Oscar Jégou y Hugo Auradou, los jugadores de la Selección de rugby de Francia acusados de violar a una mujer en un hotel de la capital de la provincia en julio último. En el fallo, se determinó la inexistencia del delito. Este lunes, la Fiscal de Género y el Fiscal de Investigación, Daniela Chaler y Darío Nora, avalaron el sobreseimiento de los deportistas.
Así lo confirmó el abogado defensor Rafael Cúneo Libarona, quien en la audiencia donde los fiscales sostuvieron su postura de sobreseer a los deportistas, el letrado dijo que continuó “reforzando la inocencia de ambos jugadores”.
Y completó que los audios que están en la causa “dan vergüenza”, en referencia a los mensajes en donde se escucha a la denunciante contarle a otra mujer lo sucedido. “Le dice a su mejor amiga del sexo consentido y haber pasado un buen momento”, recordó Cuneo Libarona.
Al mismo tiempo, el defensor habló sobre la enfermedad “von Willebrand” (NdR: un trastorno de sangrado que se produce de por vida, debido a que la sangre del paciente no coagula correctamente, y que también puede generar moretones) que padece la denunciante: “El ocultamiento es otro elemento muy fuerte, que justificó los hematomas”.
“Las cámaras de seguridad también mostraron signos de una relación cordial y amigable. Todo lo contrario con la denuncia”, remarcó Cúneo Libarona, a modo de sustentar la inocencia de los deportistas franceses. Y finalizó: “Sus contradicciones liquidaron la acusación. Estos chicos pudieron perder su vida tras las rejas y hoy están recuperando su honor”.
Hasta el momento, Jégou y Auradou habían sido investigados por la justicia argentina en el marco de una causa por presunto abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personas. El expediente se abrió en julio de 2024, luego de que una mujer mendocina denunciara que habría sido atacada por los deportistas.
Según comprobaron los investigadores, los rugbiers se encontraban el país para disputar un encuentro contra los Pumas. Después de haber cumplido con sus actividades deportivas, los acusados habían ido a una discoteca de la ciudad de Mendoza, en donde conocieron a la denunciante.
En principio, la mujer había compartido algunos tragos con uno de los deportistas, hasta que éste la invitó a pasar la noche en el hotel, donde se hospedaba el resto de la delegación francesa. Aunque la denunciante aseguró que habría sido atacada, apenas ingresó a la habitación, los audios que se viralizaron poco después puso en duda la versión de los hechos que había ofrecido.
“Me fui con un rugbier de afuera, estoy en su hotel así que no cuentes conmigo, ¿si?”, se escucha en el primer audio que envió a una amiga a través de WhatsApp. Horas más tarde, la mujer contó en otra nota de voz: “Loca, gracias por el aguante, por todo. Conocí a un rugbier francés altísimo el chabón, re lindo y llegué a mi casa a las 9 am. O sea, te debo la vida, me hiciste el aguante de dejarme acá en mi casa. Siempre la misma historia, una vez que salgo, aproveché”.
Con el paso de las horas, la mujer comenzó a notar las marcas que le habían quedado, por lo que compartió los detalles de la misma en otro audio. “Boluda, me hizo mierda el chabón. Tengo machucada la espalda, tengo machucada la mandíbula, tengo morado un ojo, todas las tetas. Machucones en el culo, me hicieron mierda”, detalló.
En el último audio que había trascendido, la denunciante insistió: “Tengo un ojo morado, gorda”. Y señaló: “Me tuve que tomar un diclofenax porque me hicieron mierda. La mandíbula la tengo toda moretoneada”. A partir de estos datos, se le realizó una pericia psicológica, los cuales comprobaron inconsistencias y datos contradictorios en el relato inicial que había hecho.
Para los peritos que trabajaron en el análisis, la denunciante había fabulado en la versión que sedimento la denuncia. “Presenta un relato lineal y estructurado en contraposición a uno espontáneo y fluido, rígido en cuanto a la cronología de los hechos y que resulta deficitario en cuanto a la construcción lógica del mismo, cuyos detalles no se articulan en forma coherente como un todo”, según el escrito.
“Detectamos una tendencia a acomodar la información que brinda enfatizando aquellos aspectos que puedan favorecer su versión sobre los hechos y siendo evitativa acerca de aquellos datos que pueden comprometerla y que claramente van en una dirección contraria a sus fallidos intentos de instituirse en el lugar de víctima”, apuntaron, para luego señalar que la mujer habría intentado manipular a los funcionarios judiciales.
En línea con esto, los peritos afirmaron: “Se observó una tendencia a mostrar una imagen positiva de sí misma, apelando al ejercicio de su constante rol materno como modo de presentar un aspecto valorado de sí, intentando conmover a los entrevistadores”, y explicaron que podría estar relacionado con “la intencionalidad de acomodar su relato y ocultar información”.
“Claramente, el relato no es libre ni espontáneo: está teñido de evidentes influencias externas, fundamentalmente de su amiga”, analizaron al indicar que la mujer se podría haber visto influenciada por la visión de la amiga a la que habría enviado los mensajes de voz. Por este motivo, concluyeron que la denuncia no cumplía con los criterios de credibilidad y validez.
Luego de que se conocieran los resultados de las pericias, Cúneo Libarona señaló: “Ahora contamos con la última prueba que da cuenta que la denunciante finge situaciones irreales. Lo que resuelta peor es que manipula la información de acuerdo al Cuerpo Médico Forense”.
El examen fue clave para que la defensa de los rugbiers franceses pudiera solicitar el sobreseimiento respecto de los cargos por los que habían sido imputados. “Estamos en la antesala de una falsa denuncia”, había valorado el abogado, luego de que los deportistas fueran sobreseídos por la justicia argentina en diciembre del año pasado.