Mientras se aguarda el tratamiento en la Cámara de Diputados del proyecto de ley de desarrollo agroindustrial, el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) realizó ayer un nuevo plenario donde se consensuaron las prioridades de las diferentes mesas de trabajo y se actualizó la agenda de temas para el presente año. Además el encuentro sirvió para dar una señal de unidad, tras la salida del espacio de tres de las entidades de la Mesa de Enlace.
Durante la reunión, los integrantes del Consejo expresaron su satisfacción por la disposición de los diferentes bloques parlamentarios que permitirá avalar el acuerdo de refinanciación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional. “Un escenario de default hubiera implicado un golpe letal a la matriz productiva y exportadora del sector”, manifestaron los dirigentes en un comunicado.
También lamentaron el actual escenario sobre el ataque de Rusia a Ucrania. “El conflicto significa una mayor responsabilidad y presenta nuevos desafíos para el rol de Argentina como proveedor mundial de alimentos y energía. Para afrontarlos es menester trabajar en conjunto en una estrategia nacional de mediano y largo plazo que nos permita alcanzar 100.000 millones de dólares anuales de exportaciones”, agregaron.
En momentos de máxima tensión en la relación del Gobierno con el sector de los productores agropecuarios, el CAA reiteró una vez más su rechazo a todo tipo de restricciones a la exportación de sectores agroindustriales y a posibles incrementos en las alícuotas de derechos de exportación, las famosas retenciones. En ese sentido, hay que recordar el malestar del campo sobre la intervención oficial en la exportación de carne, maíz y trigo, pero también por la implementación de fideicomisos para subsidiar el precio de diferentes productos que se consumen en el mercado interno. Los dirigentes de la Mesa de Enlace definieron dichos mecanismos como “una retención encubierta”, que afecta al sector primario.
En momentos de máxima tensión en la relación del Gobierno con el sector de los productores agropecuarios, el CAA reiteró una vez más su rechazo a todo tipo de restricciones a la exportación de sectores agroindustriales y a posibles incrementos en las alícuotas de derechos de exportación, las famosas retenciones. En ese sentido, hay que recordar el malestar del campo sobre la intervención oficial en la exportación de carne, maíz y trigo, pero también por la implementación de fideicomisos para subsidiar el precio de diferentes productos que se consumen en el mercado interno. Los dirigentes de la Mesa de Enlace definieron dichos mecanismos como “una retención encubierta”, que afecta al sector primario.