El Ministerio de Economía convocó a representantes de las grandes cadenas de supermercados con la finalidad de analizar la situación del mercado y transmitir el desacuerdo del gobierno sobre las promociones especiales.
El encuentro sería en las próximas horas con el secretario de Comercio, Pablo Lavigne, y es una continuidad de las charlas que mantuvo la semana pasada junto al ministro de Economía, Luis Caputo, con directivos de empresas de consumo masivo, denominados por los supermercadistas como “formadores de precios”. De acuerdo con la información, no se descarta que Caputo participe del encuentro.
En el gobierno se entiende que ese tipo de promociones implican en el fondo una reducción de precios que aducen a que las empresas creyeron en un escenario inflacionario desordenado tras la devaluación de diciembre.
Es lo que se denomina, un “overshooting”, un incremento de precios mucho más alto del necesario. Ahora, en la visión de la Casa Rosada, las empresas estarían retrayendo debido a la caída de las ventas. Pero considera que las promos evitan que los inspectores del INDEC que capten los verdaderos precios.
Es que en los agentes del organismo recaudador solo toman el precio declarado por las empresas, y no el implícito que resultaría de la aplicación de la rebaja para la segunda unidad.
Si bien la idea del gobierno es comprensible y tiene una parte de la verdad, por otro lado, hay que tener en cuenta que las promos de los super no son nuevas, sino que vienen de hace varios años y aparecen mas que nada cuando caen las ventas.
Mas que una manera de evitar rebajas de precios, se trata de un mecanismo para sostener las ventas en una actividad como la del retail donde la alta rotación de mercaderías en fundamental porque los márgenes de ganancias por unidad son muy bajos.
Entre los supermercadistas se sospecha que el pedido el gobierno para que rebajen los precios en las góndolas tendría que ver con que el proceso de desinflación de la economía no es tan marcado como se espera.